Mientras más se ve una persona expuesta al humo de tabaco de segunda mano, más probable es que desarrolle señales tempranas de enfermedad cardiaca, según indica un estudio reciente.

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Ser fumador pasivo es más peligroso de lo que se pensaba. Un estudio acaba de demostrar que el riesgo de sufrir una angina de pecho o un infarto de miocardio aumenta entre un 50% y un 60% entre aquellas personas que soportan diariamente a fumadores a su lado. Cuanto más humo ambiental mayor probabilidad de sufrir una enfermedad cardiaca.

El “humo pasivo”, también conocido como “humo de segunda mano”, hace referencia al humo generado por los cigarrillos y también al exhalado por los fumadores. No siempre se puede ver u oler, pero puede permanecer en el aire hasta 2,5 horas.

Hasta ahora se decía que convivir con un fumador aumentaba entre un 25% y un 30% el riesgo de enfermedad cardiaca. Sin embargo, el nuevo estudio, publicado en ‘British Medical Journal’, ha encontrado que se ha subestimado el peligro.

Probablemente, la razón de este cambio se deba a que no se han tenido en cuenta todas las fuentes de humo de tabaco ambiental como la exposición en el lugar de trabajo, en bares y en restaurantes, además de tener una pareja fumadora.

Estudio científico
Para el estudio, los investigadores observaron a casi 3,100 personas sanas de 40 a 80 años de edad, que nunca habían fumado, y hallaron que el 26% de los expuestos a varios niveles de humo de segunda mano (como adulto o niño, en el trabajo o en casa) mostraban señales de calcificación de la arteria coronaria, en comparación con el 18.5% de la población general.

Los que reportaron unos niveles más altos de exposición al humo de segunda mano tenían la mayor evidencia de calcificación, es decir, una acumulación de calcio en las paredes arteriales. Los hallazgos sugieren que la exposición al humo de segunda mano podría ser más peligrosa de lo que se pensaba, según los investigadores.

Tras tomar en cuenta otros factores de riesgo cardiacos, los investigadores concluyeron que las personas expuestas a niveles bajos, moderados o altos de humo de segunda mano tenían un 50, un 60 y un 90 por ciento más probabilidades, respectivamente, de mostrar evidencia de calcificación que los que tenían una exposición mínima.

Los efectos de salud del humo de segunda mano sobre la calificación de la arteria coronaria persistieron independientemente de si la exposición sucedió en la niñez o en la edad adulta, mostraron los resultados.

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