Hacer ejercicio puede mejorar la salud mental ayudando al cerebro a combatir el estrés, según las investigaciones realizadas sobre el efecto de los ejercicios en los neuroquímicos involucrados en la respuesta del cuerpo  al estrés.

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Algunos investigadores citados por la Asociación Americana de Psicología están analizando los posibles vínculos entre el ejercicio y las sustancias químicas cerebrales asociadas con el estrés, la ansiedad y la depresión. Pruebas preliminares sugieren que las personas físicamente activas tienen menores índices de ansiedad y depresión que las personas sedentarias.

Hasta el momento, hay pocas pruebas que sustenten la teoría popular de que los ejercicios provocan un torrente de endorfinas. En cambio, una línea de investigación apunta a la menos conocida norepinefrina neuromoduladora, que puede ayudar al cerebro a lidiar con el estrés de manera más eficaz.

La norepinefrina resulta especialmente interesante para los investigadores porque el 50 por ciento del suministro al cerebro se produce en un área que conecta casi todas las regiones cerebrales involucradas en respuestas emocionales y estrés. Se cree que la sustancia química desempeña un papel importante en la acción de otros neurotransmisores más comunes que tienen un efecto directo en la respuesta al estrés.

Deporte para un cerebro sin estrés

A pesar de que los investigadores no están seguros exactamente de cómo funcionan la mayoría de los antidepresivos, saben que algunos aumentan la concentración de norepinefrina en el cerebro. Algunos psicólogos piensan que hacer ejercicio frustra la depresión y ansiedad pues aumenta la capacidad del cuerpo de responder al estrés.

Biológicamente, el ejercicio parece darle al cuerpo la posibilidad de sobrellevar el estrés, ya que obliga a los sistemas fisiológicos corporales, que están involucrados en la respuesta al estrés, a comunicarse mucho más de lo habitual. El sistema cardiovascular se comunica con el sistema renal, el cual a su vez se comunica con el sistema muscular. Todos estos sistemas están controlados por el sistema nervioso central y simpático, que también se deben comunicar entre sí.

Esta sesión de ejercicios del sistema de comunicación corporal puede ser el verdadero valor del ejercicio; cuanto más sedentarios somos, menos eficiente es nuestro cuerpo para responder al estrés.

Otro estudio ha confirmado que el ejercicio aeróbico mejora la capacidad del sistema atencional, lo que supone potenciar tanto la eficiencia en la recogida de información como en la capacidad para responder de manera más eficaz ante estímulos que aparecen de forma súbita en nuestro campo visual.