El cambio climático afecta la salud humana de diferentes formas. Los cambios extremos en el clima y el medio ambiente pueden incrementar los problemas de salud existentes, así como crear otros nuevos.
Con base en lo anterior, la exposición a toxinas medioambientales y los efectos del cambio climático relacionados con el estrés pueden tener un efecto negativo en la salud neurológica.
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De acuerdo con los expertos en el ramo, los científicos han determinado que los factores ambientales desempeñan un papel clave en el desarrollo de afecciones neurológicas como la enfermedad de Parkinson o la enfermedad de Alzheimer.
Sumado a ello, las toxinas que se encuentran en los alimentos y en el agua son capaces de provocar problemas de salud en el feto en desarrollo.
Por ejemplo, el cambio climático puede provocar la proliferación de algas nocivas, que incrementan las biotoxinas presentes en el pescado y los mariscos. Asimismo, un aumento de metales pesados, como mercurio y plomo, que contaminan los mariscos, puede dar lugar a un coeficiente intelectual reducido en un feto en desarrollo.
Fuente: Medical News Today
