El cuerpo debe acostumbrarse a los cambios, ya sean alimenticios o relacionados con la actividad física. En este sentido, es posible que surjan dolores musculares tras intentar nuevos ejercicios o elevar el nivel durante un entrenamiento.

Seguramente te ha ocurrido más de una vez, pero ¿sabes de dónde surge este dolor? Cuando aumenta la intensidad de un ejercicio, se producen pequeños desgarres en las fibras de los músculos que se ejercitaron.

Aunque resulta molesto, los músculos sanan y se vuelven más fuertes, además, aumenta su capacidad para trabajar niveles más intensos. Existen dos tipos de dolor; el primero se conoce como dolor agudo, y surge mientras se hace ejercicio; el segundo aparece 12 horas después, aproximadamente, y se llama dolor muscular de inicio retrasado. Este último dura alrededor de 48 a 72 horas.

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Recomendaciones

El músculo sana con el tiempo. Es importante que respetes tus límites y, si deseas ejercitarte a pesar del dolor, elijas actividades de bajo impacto. Algunos remedios que podrían ayudarte son:

  • Estiramientos suaves.
  • Masajes musculares.
  • Hielo, para ayudar a reducir la inflamación.
  • Calor, para ayudar a estimular el flujo sanguíneo hacia el músculo.
  • Reposo.
  • Antiinflamatorios —prescritos por un médico—.

Recuerda que la clave está en la prevención. Todo esfuerzo físico para aumentar los músculos traerá consigo dolores. Sin embargo, puedes disminuir el riesgo de lesiones, así como las molestias, tomando en cuenta ciertas medidas de prevención. Por ejemplo, calentar antes de iniciar la rutina; tomar agua, con el fin de evitar calambres y fatiga; reposar 48 horas antes de ejercitar el mismo grupo de músculos y, finalmente, seguir una técnica adecuada.

Si consideras que sufriste una lesión —esguince o tirón muscular—, visita a un especialista y dale un descanso a tu cuerpo.

 

Vía: FamilyDoctor.org