Las dislocaciones, también llamadas luxaciones, son lesiones en las articulaciones que fuerzan e incluso, arrancan los extremos de tus huesos y los sacan fuera de su posición. La causa suele ser una caída o un golpe, y a veces por jugar un deporte de contacto. Las articulaciones del cuerpo que pueden dislocarse incluyen tus tobillos, rodillas, hombros, caderas, codos y mandíbula. También pueden dislocarse las articulaciones de los dedos de tus manos y de tus pies. Cualquier articulación dislocada normalmente se hincha, genera mucho dolor y se observa fuera de lugar. Por ello, es posible que no puedas moverla.

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Qué hacer en caso de dislocación

Cabe destacar que una articulación dislocada es sinónimo de emergencia. Por ello, si padeces esta afección, debes buscar atención médica a la brevedad.

No muevas la articulación. No trates de mover la articulación afectada ni de ponerla en su lugar a la fuerza, ya que esto puede causar más daño a la articulación, músculos, nervios, ligamentos, etc. Entablilla la articulación en su posición fija.

Coloca hielo.Esto ayuda a disminuir la hinchazón controlando el sangrado interno y evitando la acumulación de líquidos en la articulación lesionada.

El tratamiento depende de qué articulación se disloca y de la gravedad de la lesión. Este puede incluir maniobras o técnicas para reposicionar tus huesos, así como medicamentos (entre ellos antiinflamatorios), una férula (yeso) o cabestrillo y rehabilitación. Cuando se reposiciona correctamente, lo usual es que la articulación vuelva a funcionar y se mueva de manera normal tras unas cuantas semanas. Toma en cuenta que, una vez que se luxa un hombro o una rótula, lo más probable es que se disloque de nuevo.

Por último recuerda, si practicas algún deporte, utilizar equipo de protección durante tu entrenamiento o juegos puede ayudarte a prevenir las dislocaciones.

 

Vía: Medline Plus