Tal vez probaste alguna dieta o plan alimenticio que te permitió perder peso, por lo que planeas implementarlo en tu hogar. Si es así, debes saber que el organismo de los niños no funciona de igual forma que el de los adultos; ante ello, no es buena idea imponer dietas que no estén personalizadas, especialmente si son rigurosas.

Es importante entender que los niños tienen diferentes necesidades nutricionales. Al estar en pleno crecimiento y desarrollo, deben consumir una gran variedad de alimentos saludables, que incluya productos de los diferentes grupos alimenticios.

Si te preocupa el peso de tu hijo, acude con un especialista en nutrición, con el fin de determinar si existe realmente un problema de peso. En caso de que así sea, el experto puede adaptar un plan para satisfacer sus necesidades específicas.

Si bien no puedes limitar su alimentación —sin la asesoría de un nutriólogo— sí puedes cuidar sus hábitos. Procura que tu familia adopte un estilo de vida saludable, a través del consumo de frutas y verduras, actividad física y visitas recurrentes al médico.

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Aquí algunos consejos para mejorar su calidad de vida.

Llevar una dieta equilibrada no significa comer lo mismo todos los días. Procura que la alimentación de tus hijos incluya:

  • Frutas y verduras (buen funcionamiento del organismo).
  • Leche y lácteos (huesos y dientes fuertes).
  • Carne (desarrollo de músculos).
  • Frutos secos y otros alimentos ricos en proteínas (energía).
  • Cereales, sobre todos los integrales (prevenir estreñimiento).

Este tipo de alimentación puede aportar los nutrientes que necesita tu hijo. Considera que es fundamental la reducción de azúcares refinados y grasas.

 

Vía: Kids Health