La mayoría de los niños tiene diarrea de vez en cuando. Se trata de una afección que consiste en evacuar heces blandas o sueltas con frecuencia.

En algunos casos, esta no suele durar mucho tiempo y generalmente mejora por sí sola. Sin embargo, es importante que los padres de familia vigilen el estado de salud de su hijo, para así detectar si se trata de algo más grave.

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La mayoría de los casos de diarrea suelen ser causados por una infección intestinal. Los gérmenes que causan estas infecciones son los virus (los más frecuentes), las bacterias y los parásitos

Otras causas

Asimismo, los niños también pueden tener sufrir esta afección debido a causas como:

-Llevar una dieta alta en azúcares (beber una gran cantidad de jugo de frutas, por ejemplo).

-Alergias alimentarias.

-Intolerancia a la lactosa.

-Problemas intestinales, como la enfermedad celíaca y las enfermedades inflamatorias intestinales (la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa).

¿Cuándo buscar ayuda médica?

Los expertos en salud recomiendan a los padres llevar a sus hijos con un médico cuando haya un cuadro de diarrea en menores de seis meses, así como en los siguientes casos:

-El menor hace diarrea muchas veces al día o las diarreas le duran más de tres días.

-Presenta vómitos repetidos o rechaza los líquidos.

-Tiene un fuerte dolor de estómago.

-Tiene una diarrea que contiene sangre.

-El niño parece estar deshidratado. Entre los signos de la deshidratación, se incluye boca seca o pegajosa, ausencia o escasez de lágrimas al llorar, ojos hundidos; en los bebés, fontanela de la parte superior de la cabeza hundida, orinar menos o mojar menos pañales que de costumbre, somnolencia o mareos.

Medidas preventivas

Aunque no se pueden prevenir todos los casos de diarrea, existen algunas medidas que pueden reducir el riesgo de padecerlas, entre las que se encuentran:

-Asegurarse de que los niños se lavan las manos bien y con frecuencia, sobre todo después de ir al baño y antes de comer.

-Mantener las superficies del baño, como las del lavabo y las del inodoro, bien limpias.

-Lavar bien las frutas, verduras y hortalizas antes de comerlas y de cocinarlas.

-Lavar las encimeras de la cocina y los útiles de cocina cuidadosamente después de que hayan entrado en contacto con carne cruda, sobre todo, si procede de aves de corral.

-Refrigerar la carne lo antes posible al volver del supermercado. Cocinarla hasta que deje de estar rosada. Después de comer, refrigerar las sobras lo antes posible.

-No dar de beber a los niños agua de riachuelos, manantiales o lagos.

-Evitar lavar las jaulas y los comederos de las mascotas en el mismo fregadero que se usa para preparar la comida. Tratar de mantener la parte de la casa donde se alimentan sus mascotas separada del lugar donde come la familia.

 

Vía: Kid’s Health