Los niños pueden tener diabetes tipo 1 y tipo 2. Controlar el azúcar en sangre es especialmente importante en los jóvenes, ya que la enfermedad puede dañar órganos importantes como el corazón y los riñones.

Diabetes tipo 1

La forma autoinmune de diabetes suele comenzar durante la infancia. Uno de los principales síntomas es el aumento de la micción (orinar con más frecuencia). Los niños con diabetes tipo 1 pueden comenzar a orinarse en la cama después de haber aprendido a ir al baño.

La sed extrema, la fatiga y el hambre también son signos de la afección. Es importante que los niños con diabetes tipo 1 reciban tratamiento de inmediato. La enfermedad puede causar niveles altos de azúcar sanguínea y deshidratación, que pueden convertirse en emergencias médicas.

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Diabetes tipo 2

La diabetes tipo 1 solía llamarse «diabetes juvenil» porque el tipo 2 era muy raro en los niños. Ahora que más niños tienen sobrepeso u obesidad, la diabetes tipo 2 se está volviendo más común en este grupo de edad.

Alrededor del 40 por ciento de los niños con diabetes tipo 2 no manifiestan síntomas, según lo indica la Clínica Mayo, en Estados Unidos. La enfermedad generalmente se diagnostica durante un examen físico.

La diabetes tipo 2 no tratada puede causar complicaciones de por vida, como enfermedades cardíacas, renales y ceguera. La alimentación saludable y el ejercicio pueden ayudar a tu hijo(a) a controlar el nivel de azúcar en sangre y a prevenir estos problemas.

La diabetes tipo 2 es más frecuente que nunca entre los jóvenes, por lo que es crucial que aprendas a detectar los signos para que puedas informarlos al médico de tu hijo(a).

 

Fuente: Healthline