i-hombre-diabetesEl monitoreo de rutina, combinado con un manejo apropiado de la diabetes tipo 2 y la prediabetes, podría tener un impacto positivo en millones de personas en el mundo, según señala un grupo de expertos en la materia.

Una investigación, publicada el pasado 23 de septiembre en la edición en línea de la revista Diabetes Care, apunta que el detectar y tratar oportunamente la prediabetes -una variedad temprana de diabetes tipo 2-, desde la primera vez en que se presenta, podría ayudar a prevenir o retrasar la progresión de esta enfermedad crónica y sus complicaciones. Los autores de este estudio son Lauwrence S. Phillips, de la Escuela de Medicina del Centro Médico y la Universidad Emory, Robert E. Ratner, de la Asociación Americana de Diabetes, John B Buse, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte y Steven E. Kahn, de Sistema de Cuidados de la Salud de Puget Sound y de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington.

“La diabetes generalmente se diagnostica y se trata diez años después de lo que podría hacerse. Desaprovechamos la oportunidad crítica de detener la progresión de la enfermedad y el desarrollo de complicaciones”, señala Phillips, autor principal del artículo titulado “Perspectivas” y médico especialista en diabetes desde hace tiempo.

La diabetes es una enfermedad en la que el cuerpo no puede producir o utilizar correctamente la insulina, una hormona que se necesita para mantener los niveles de glucosa (azúcar) en la sangre dentro de parámetros normales y convertir esta glucosa, almidones y otros alimentos en la energía que requiere se requiere diariamente. La prediabetes es una condición que se da cuando los niveles de glucosa en la sangre de una persona son más altos de lo normal, pero no lo suficiente como para diagnosticar diabetes tipo 2.

Las complicaciones provocadas por tener glucosa alta en la sangre de manera sostenida, como la ceguera, insuficiencia renal, amputación de pierna y problemas en los vasos sanguíneos, son la causa principal por la cual las personas con diabetes pueden tener una pobre salud.

“Hay un fuerte nuevo argumento que señala que combinando el monitoreo para detectar la prediabetes y la diabetes temprana, acompañado de un manejo dirigido a mantener los niveles de glucosa lo más cerca posible a niveles normales, podemos cambiar la historia natural y mejorar la vida de nuestros pacientes”, destacó Phillips.

De acuerdo con los autores, esta evidencia proviene de estudios clínicos en los que los cambios en estilo de vida y/o la medicación para disminuir la glucosa disminuyeron la progresión de la prediabetes a la diabetes tipo 2. Después de suspender estas intervenciones, no se presentó una “recaída”, lo cual significa que el desarrollo acumulativo de la diabetes en el grupo tratado previamente se mantuvo con menor frecuencia que en los grupos de control.

Por otra parte, lograr niveles normales de glucosa incluso brevemente durante las pruebas, se asoció con una reducción sustancial en el desarrollo posterior de diabetes tipo 2.

Basados en esta evidencia, los autores sostienen que el cuidado corriente debe modificarse en dos aspectos: primero, los adultos deben ser monitoreados de manera sistemática para identificar la prediabetes y la diabetes tipo 2 temprana; en segundo lugar, los pacientes que puedan verse beneficiados por el tratamiento deben tener un manejo dirigido a mantener sus niveles de glucosa lo más cerca posible a los niveles normales, sin llegar a la hipoglucemia (niveles de glucosa inferiores a lo normal).

Phillips señala que pruebas de control aleatorias serían el siguiente paso para probar sus hipótesis.

Vía: Universidad Emory