azúcarLos niños y adolescentes —de dos a 18 años de edad— deben consumir menos de seis cucharaditas de azúcares agregados al día, según un informe de la Asociación Americana del Corazón.

A su vez, no deben tomar más de ocho onzas de bebidas azucaradas por semana.

Los azúcares agregados se introducen en el transcurso de procesamiento o preparación de los alimentos.

De acuerdo con un estudio realizado por la asociación, los niños menores de dos años no deben consumir azúcares agregados; en su lugar, deben ingerir dietas altamente nutritivas para desarrollar cuerpos saludables.

Es sabido que los azúcares agregados conllevan a enfermedades cardiovasculares. También, se han vinculado a factores de riesgo cardíaco, como obesidad, diabetes, presión arterial alta —hipertensión— y niveles de colesterol dañinos.

Para el especialista Robert Lustig, endocrinólogo pediatra en el Benioff Children’s Hospital de la Universidad de California, en San Francisco, el azúcar en sí —no sólo las calorías que representa en la dieta— es el culpable en numerosos problemas de salud.

Ante ello, los especialistas aseguran que las familias deben entrenar las papilas gustativas de los niños a temprana edad.

“Los niños desarrollan hábitos de comidas y preferencias gustativas que durarán toda una vida. Cuanto más pronto empiecen las familias a limitar la cantidad de azúcar en sus dietas, mejor”, señaló Rachel K. Johnson, profesora de nutrición y pediatría en la Universidad de Vermont en Burlington.

Considera que los azúcares agregados tienen muchos nombres en las etiquetas de los ingredientes, como jarabe de maíz de fructosa alta, dextrosa, fructosa, jugo de fruta, entre otros.

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Estos ingredientes pueden encontrarse en una gran variedad de comidas, desde pasteles y galletas, hasta pan para hamburguesas y aderezos de ensaladas.

 

Vía: Asociación Americana del Corazón