Durante los primeros meses de vida de un bebé, darle de comer es una de las tareas que más disfrutan los padres de familia. Sin embargo, cuando llega el momento en que los pequeños comienzan a reclamar su independencia y a comer con las manos, suelen surgir muchas dudas.

Es aproximadamente a los 9 meses de edad cuando la mayoría de los bebés comienzan a comer con las manos, una actividad de lo más natural, pero que suele causar conflicto en muchos padres de familia, pues consideran que es algo poco higiénico.

No obstante, los especialistas en salud aclaran y aseguran que comer con las manos a esa edad no tiene nada de malo. La mayoría de los bebés comienzan a comer con las manos a los 9 meses debido a que a esa edad ya han desarrollado sus habilidades de motricidad fina, que es la habilidad de realizar pequeños movimientos precisos.

¿Qué debo hacer?

Lo primero es dejar de preocuparse. Que los bebés coman con las manos no afectará en ningún momento su salud integral, ya que es un proceso natural en su desarrollo.

Además, fomentar que un pequeño coma con las manos lo estará ayudando a desarrollar hábitos saludables para que pueda alimentarse de manera independiente.

En lo que sí se tienen que ocupar los padres es en asegurarse que sus hijos se alimenten lo mejor posible, tanto en cantidad como en calidad de alimentos.

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Los expertos recomiendan a los padres seguir algunas pautas sobre los alimentos ideales para comer con las manos:

1. Asegurarse de que los alimentos ofrecidos se deshacen en la boca.

2. Asegurarse de que los alimentos están lo suficientemente cocinados como para que se conviertan con facilidad en una papilla.

3. Asegurarse de ofrecer alimentos blandos y de que pueden triturarse con las encías.

4. Asegurarse de dar alimentos pequeños (deben partirse en trozos pequeños).

Alimentos a evitar

Es importante que los padres eviten darle a sus bebés comidas con las que podría atragantarse o que tengan un valor nutritivo bajo, como:

-Trozos de verduras crudas.

-Uvas enteras.

-Frutos secos (maní, almendras, nueces y semillas).

-Salchichas enteras.

-Pan blanco sin tostar.

-Trozos de queso o carne.

-Caramelos duros, gomas de mascar y gomitas.

-Palomitas de maíz, pretzels, papas fritas.

-Malvaviscos.

 

Vía: Kid’s Health