Los yesos de fibra de vidrio y yeso se usan ampliamente para tratar huesos rotos en niños, pero suelen tener inconvenientes en comparación con otros métodos, como los aparatos ortopédicos y las férulas, así lo afirma un artículo publicado en la revista Journal of the American Academy of Orthopaedic Surgeons.

Los médicos y los pacientes deben revisar las opciones disponibles, considerando no solo el tratamiento de la fractura, sino también la comodidad y el cumplimiento del paciente, así como la carga sobre la familia, indica la publicación.

Los niños «pueden estar ansiosos por obtener un yeso, eligiendo un color que se adapte a su personalidad», dijo el doctor y autor principal Eric Shirley, cirujano ortopédico pediátrico en el Centro Médico Naval de Portsmouth, en Virginia (Estados Unidos).

«Sin embargo, la emoción pronto desaparece cuando se enteran de que no podrán jugar, nadar o participar en actividades de alto impacto mientras usan un yeso. Además, las complicaciones como picazón, ampollas o dermatitis asociadas con el manejo del yeso pueden conducir a una mayor frustración «, dijo el experto.

Un yeso también puede ser un desafío para los niños que asisten a la escuela, y las familias tienen que programar visitas de seguimiento para poder retirarlo. Se sabe que por cada 100 citas en clínicas de fracturas pediátricas, se pierden 54 días escolares y 25 días hábiles.

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Y las complicaciones con los yesos pueden requerir visitas al departamento de emergencias que suponen una carga de tiempo y costos, tanto para la familia como para el sistema de atención médica.

«Los pacientes pediátricos a menudo son atendidos en el departamento de emergencias con problemas relacionados con yesos mojados o dañados», señaló Shirley. «Estas complicaciones casi siempre pueden abordarse durante las horas normales de la clínica; sin embargo, encontramos que las familias no quieren esperar o sentirse ansiosas cuando cuidan un yeso».

El uso de alternativas como aparatos ortopédicos, yesos blandos o férulas podría ayudar a reducir la ansiedad del paciente, eliminar las complicaciones del yeso y reducir las visitas de seguimiento, así como los costos de atención y el tiempo perdido tanto de escuela como de trabajo, subraya el estudio

Los autores enfatizan que estas alternativas son aceptables y efectivas para ciertas fracturas en el antebrazo, la espinilla, el pie o el tobillo, pero su uso no es tan frecuente en los niños.

Los padres deben hablar con un cirujano ortopédico respecto a los beneficios y desventajas de las diferentes opciones de tratamiento para los niños con huesos rotos, aconsejó Shirley.

 

Vía: Health Day News