Las personas que tienen COVID-19 pero no presentan síntomas tienen la misma cantidad de virus en la nariz y la garganta que las que tienen síntomas,  por lo que pueden desempeñar un papel importante en la propagación de la enfermedad, esta fue la conclusión a la que llegó un nuevo estudio publicado en la revista Thorax.

Los investigadores compararon los niveles de SARS-CoV-2 en 213 personas en Corea del Sur que dieron positivo para el virus.

Sus síntomas variaron de ninguno a severos, incluyendo fiebre, escalofríos, dolor muscular, fatiga, secreción nasal, congestión nasal, pérdida del gusto u olfato, dolor de garganta, dificultad para tragar, tos, producción de flema, tos con sangre, dolor de cabeza, mareos, pérdida de apetito, náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea.

Los pacientes fueron ingresados ​​en un centro asistencial para su aislamiento y seguimiento.

Antes del aislamiento, durante un promedio de seis días después de la primera prueba con hisopo, 41 pacientes (19%) no habían desarrollado ningún síntoma. De ellos, 39 se sometieron a otra prueba de frotis de nariz y garganta alrededor de 13 días después de su diagnóstico inicial.

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De 172 pacientes con síntomas leves, 144 también fueron evaluados nuevamente. El análisis final incluyó a 183 pacientes en total.

El 54% de los pacientes sin síntomas dieron positivo para SARS-CoV-2, al igual que el 64% de los que tenían síntomas leves. No hubo una diferencia significativa en la carga viral entre los dos grupos, encontraron los investigadores dirigidos por Sung-Han Kim, del Centro Médico Asan de Songpa-gu en Seúl, Corea del Sur.

«Teniendo en cuenta que probablemente la mayoría de las personas asintomáticas con COVID-19 pasan desapercibidas para los trabajadores de la salud y continúan residiendo en sus comunidades, dicha población puede actuar como una fuerza impulsora esencial para la propagación comunitaria de COVID-19 y del estado pandémico en curso», resaltaron los autores.

Hasta que se sepa qué tan infecciosas son las personas sin síntomas y durante cuánto tiempo, las pruebas deben extenderse a ciertos grupos como medida de precaución, recomendaron los investigadores.

«Nuestros datos añaden más respaldo al uso público en general de las máscaras faciales, independientemente de la presencia de síntomas, y sugieren que el alcance de las pruebas de SARS-CoV-2 debe ampliarse para incluir a personas asintomáticas en entornos de alto riesgo, como hogares asistidos por enfermeras o instalaciones de atención médica», añadió Kim.

 

Vía: Health Day News