El ajo juega un papel clave en el tratamiento de numerosas enfermedades, que incluyen enfermedades infecciosas (como antibiótico), enfermedades ginecológicas, dolor de muelas, artritis y tos crónica.
Debido a sus amplios efectos para mantener una buena salud, el ajo ha atraído la atención de la medicina moderna; y es importante mencionar que sus efectos favorables se atribuyen principalmente a la disminución de los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares (ECV), su efecto antimicrobiano, su efecto antioxidante y la reducción del riesgo de cáncer.
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A esto se suma que los mecanismos protectores y los efectos beneficiosos del ajo en las ECV ocurren debido a que suprime la oxidación del colesterol LDL o malo, incrementa el colesterol HDL o bueno y disminuye el colesterol total y los triglicéridos. Una clase de compuestos orgánicos que contienen azufre (que incluyen a la S-alilcisteína, la aliina, el ajoeno y el disulfuro de dialilo) y están presentes en el ajo poseen efectos farmacológicos.
De ahí que sea recomendable tomar suplementos de ajo para reducir de forma moderada tu LDL, pero se requiere más investigación para comprender a plenitud la relación entre el ajo y la reducción de los niveles de colesterol.
Puedes encontrar suplementos de ajo en cualquier tienda naturista, o puedes simplemente empezar a utilizar más ajo crudo en tus comidas caseras.
Fuente: Healthline / NIH – National Library of Medicine