El conteo de glóbulos rojos mide el número de glóbulos rojos —también conocidos como eritrocitos— que hay en tu sangre. Los glóbulos rojos llevan oxígeno de los pulmones a todas las células del cuerpo. Recordemos que las células necesitan oxígeno para desarrollarse, reproducirse y mantenerse sanas. 

Un conteo de glóbulos rojos más alto o bajo de lo normal suele ser el primer signo de una enfermedad. Por ello, una prueba de este tipo es clave para recibir el tratamiento adecuado, incluso antes de tener síntomas.

¿Para qué se usa un conteo de glóbulos rojos?

El conteo de glóbulos rojos suele formar parte de un conteo sanguíneo completo, un grupo de pruebas que miden muchos componentes y características de la sangre. La medición de los glóbulos rojos se usa para diagnosticar trastornos de los glóbulos rojos como anemia, una afección en la que el cuerpo no produce suficientes glóbulos rojos sanos.

Conoce más: El análisis de sangre que busca una proteína en los glóbulos blancos

¿Por qué necesito un conteo de glóbulos rojos?

Esta prueba se puede hacer como parte de un conteo sanguíneo completo. Asimismo, puedes necesitar esta prueba si tienes síntomas de un conteo de glóbulos rojos bajo o alto. ¡Pon atención!

Los síntomas de un conteo de glóbulos rojos bajo incluyen:

  • Debilidad.
  • Fatiga y palidez.
  • Latidos cardíacos rápidos.

Los síntomas de un conteo de glóbulos rojos alto incluyen:

  • Dolores de cabeza.
  • Mareos.
  • Problemas de la visión.

Durante un conteo de glóbulos rojos, un profesional de la salud toma una muestra de sangre de una vena con una aguja pequeña. Después de insertar la aguja, extrae un poco de sangre y la coloca en un tubo de ensayo o frasco. 

Si los resultados muestran un conteo de glóbulos anormal, podrían necesitarse más pruebas, como un conteo de reticulocitos, pruebas de hierro o una prueba de vitamina B. 

Ante cualquier duda, consulta a un profesional de la salud.

 

Fuente: Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos