Si sufres un paro cardíaco, tus probabilidades de supervivencia son mejores en un aeropuerto o avión, así lo reveló un nuevo estudio publicado en la revista Journal of the American Heart Association.

Esto se debe a que hay desfibriladores externos automáticos (DEA) disponibles en dichos lugares, así como personal listo para ayudar, explicaron los investigadores.

«Nuestros resultados enfatizan que los viajeros pueden sobrevivir al paro cardíaco, y que las intervenciones de reanimación temprana son importantes», destacó el doctor Neal Chatterjee, cardiólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington (UW), en Seattle, y autor principal de la investigación.

Para el trabajo, el experto y su equipo revisaron 143 paros cardíacos en el Aeropuerto Internacional de Seattle-Tacoma entre 2004 y 2019. Casi el 40% de las víctimas sobrevivieron, en contraste con solo el 10% de todos los paros cardíacos extrahospitalarios en Estados Unidos.

«Aunque no hicimos esa comparación directamente en este documento, cuando hay herramientas disponibles, la recompensa en términos de vidas salvadas fue cuatro veces mayor. Esto demuestra que tenemos un largo camino por recorrer en términos del 10% de supervivencia en otros entornos «, comentó el doctor Thomas Rea, médico de UW Medicine y coautor del estudio.

En 2004, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) ordenó la colocación de DEA en todos los aviones comerciales que cruzan los Estados Unidos. Estas máquinas portátiles pueden administrar descargas que salvan vidas si se usan poco después de que ocurra un paro cardíaco.

Un paro cardíaco se produce cuando el sistema eléctrico del corazón no funciona correctamente y el corazón deja de latir como debe hacerlo.

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Chatterjee explicó que «los DEA ayudan a los socorristas a comprender el ritmo cardíaco subyacente en el momento del paro cardíaco. Este es uno de los eslabones críticos en la cadena de acciones que contribuyen a la supervivencia de los pacientes. En nuestro estudio, todos los sobrevivientes de paro cardíaco que viajaban en un avión recibieron un DEA, y se les administró una descarga antes de que llegara el servicio de emergencias médicas».

De los 143 paros cardíacos en el estudio, 34 tuvieron lugar en un avión y 109 fuera del avión.

Los paros cardíacos fuera del avión fueron más frecuentes que los de los aviones (89% frente a 74%). También fueron susceptibles de desfibrilarse con mayor frecuencia (72% frente a 50%), mostraron los resultados.

El reconocimiento rápido de un paro cardíaco fue más común fuera del avión que dentro del avión. Chatterjee sospecha que otros viajeros tal vez pensaron que un pasajero afectado simplemente estaba dormido.

«En los resúmenes narrativos de los casos en aviones, era común ver frases como ‘El paciente fue visto bien por última vez y se presume que estaba durmiendo hasta que llegó el momento de desembarcar'», dijo el investigador.

Los autores estimaron que cada año ocurren 2,000 paros cardíacos que involucran a viajeros aéreos en todo el mundo, una cuarta parte de ellos en el avión.

«No queremos abogar por despertar a quienes duermen durante los vuelos, pero si tienes una compañera o compañero de asiento que no responde, o eres testigo del colapso de alguien, es importante tener noción sobre lo que podría estar sucediendo. Busca un DEA y considera la posibilidad de realizar una reanimación cardiopulmonar», subrayó Chatterjee.

 

Fuente: Health Day News