A largo plazo, eliminar el exceso de grasa hace mucho más por la salud cardíaca de los jóvenes que desarrollar músculo, así lo indica una nueva investigación publicada en la revista PLOS Medicine.

No es que ganar músculo durante la juventud probara ser problema cardiovascular, es solo que perder grasa ofreció mayores beneficios para el corazón.

«Seguimos fomentando absolutamente el ejercicio», señaló Joshua Bell, investigador asociado sénior en epidemiología de la Universidad de Bristol, en Inglaterra, y autor principal del estudio.

«Hay muchos otros beneficios para la salud, y desarrollar fuerza es un premio en sí mismo. Es posible que solo necesitemos moderar las expectativas sobre lo que realmente puede brindarnos el ganar músculo para evitar enfermedades cardíacas. El aumento de grasa es el verdadero motor», explicó.

El trabajo dio seguimiento a más de 3,200 británicos nacidos en la década de 1990. De esta forma, encontró que aquellos que habían perdido principalmente grasa durante la adolescencia y la edad adulta joven fueron mucho menos propensos a desarrollar factores de riesgo como glucosa alta, inflamación o colesterol «malo» a los 25 años, en comparación con aquellos que habían ganado músculo.

Los participantes se sometieron a exploraciones para evaluar los niveles de grasa corporal y masa magra a los 10, 13, 18 y 25 años. También se evaluaron las pruebas de fuerza de agarre a los 12 y 25 años.

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A los 25, los participantes se sometieron a pruebas de presión arterial y muestras de sangre para evaluar los niveles de aproximadamente 200 factores metabólicos vistos como «una puerta de entrada para enfermedades cardíacas y otros problemas de salud», apuntó Bell.

Dichos factores incluyeron insulina, proteína C reactiva, colesterol, triglicéridos, glucosa, creatinina y aminoácidos de cadena ramificada.

El resultado: para reducir los factores de riesgo de enfermedad cardíaca, «los cambios en la grasa corporal parecen ser mucho más importantes que los cambios en los músculos», subrayó Bell. Según algunas medidas, como la reducción de los niveles de colesterol «malo», la pérdida de grasa pareció ser hasta cinco veces más protectora que la ganancia de músculo, agregó.

«El aumento de masa muscular sólo fue beneficioso cuando ocurría en la adolescencia, entre los 13 y los 18 años. Este es un momento de mucho crecimiento y madurez, y podría ser cuando también deberíamos promover algo de ganancia muscular. Los beneficios para el corazón parecen desvanecerse después de eso», refirió Bell.

Entonces, aunque el músculo es importante para resultados como la movilidad y la independencia, el control de la grasa parece ser una prioridad más alta cuando se trata de mantener bajo control los marcadores de enfermedades cardíacas.

Bell enfatizó que los resultados son críticos porque las semillas de futuros problemas cardíacos se siembran entre los jóvenes y los adolescentes, que por lo demás están sanos.

Si bien «los eventos graves como los ataques cardíacos no tienden a ocurrir hasta edades más avanzadas, las enfermedades cardíacas no ocurren de la noche a la mañana», anotó Bell.

Con base en la información anterior, es importante inculcar hábitos saludables de alimentación y actividad desde el principio para mantener un peso corporal saludable durante la niñez y la adolescencia, así como para tener las mejores posibilidades de reducir la aparición temprana de factores de riesgo de enfermedades cardíacas.

 

Fuente: Health Day News