Ciertos procedimientos médicos simples pueden liberar bacterias en el torrente sanguíneo, y la infección puede extenderse hasta el revestimiento interno del corazón, o endocardio. Los médicos llaman a estas infecciones endocarditis bacteriana. Si no se tratan, pueden causar insuficiencia cardíaca o la muerte.

La endocarditis casi siempre tiene lugar cuando las bacterias ingresan al torrente sanguíneo y se adhieren a las válvulas cardíacas anormales. Esto suele deberse a una afección cardíaca preexistente (como el prolapso de la válvula mitral o el engrosamiento de las válvulas causado por fiebre reumática), así como a una dosis de mala fortuna.

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De vez en cuando, todos tenemos algunos gérmenes en la sangre, que pueden introducirse cuando vamos al dentista, cuando nos hacen una cirugía simple o cuando sufrimos una cortada. Generalmente, las bacterias flotan sin causar daño antes de ser neutralizadas por el sistema inmunitario, pero algunas cepas de bacterias (en su mayoría miembros de las familias de estreptococos, enterococos o estafilococos) logran usar el torrente sanguíneo como un pasaje hacia el corazón.

Las bacterias que pueden causar endocarditis suelen vivir en la boca, el sistema digestivo, el tracto urinario o las vías respiratorias superiores sin causar daño alguno; y es ahí donde generalmente se quedan, a menos que un procedimiento médico abra la puerta al torrente sanguíneo.

Cualquier trabajo dental que te haga sangrar, incluyendo un limpieza dental, puede provocar endocarditis. Otras oportunidades comunes para que se presenten estas infecciones incluyen amigdalectomías, examen con broncoscopio, cirugía de próstata o vesícula biliar y otras operaciones en las vías respiratorias, el tracto digestivo o el tracto urinario.

 

Fuente: Health Day