Se ha demostrado que una dieta baja en grasas y calorías ayuda a prevenir el riesgo de un ataque al corazón. Sin embargo, si ya has tenido un ataque cardíaco, comer bien es simplemente imprescindible para ayudar a prevenir futuras complicaciones.

Un plan de alimentación útil es aquel denominado enfoques dietéticos para detener la hipertensión o DASH.

El objetivo general de esta dieta es limitar el sodio, la carne roja y las grasas saturadas, enfocándose en fuentes de frutas y verduras ricas en potasio, junto con carnes magras, pescado y aceites vegetales.

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La dieta mediterránea es similar a la DASH debido a que ambas enfatizan los alimentos de origen vegetal.

Varias investigaciones sugieren que una dieta basada en plantas puede disminuir la inflamación y el estrés oxidativo, lo que contribuye a la insuficiencia cardíaca. Tales dietas también pueden disminuir la gravedad de la enfermedad cardíaca.

En general, debes enfocarte en:

  • Evitar las grasas trans y las grasas saturadas siempre que sea posible. Estas grasas contribuyen directamente a la formación de placa en las arterias. Cuando las arterias se obstruyen, la sangre ya no puede fluir hacia el corazón, lo que provoca un ataque cardíaco. En su lugar, come grasas que provengan de fuentes vegetales, como el aceite de oliva o las nueces.
  • Come menos calorías. Comer demasiadas calorías y tener sobrepeso también puede sobrecargar el corazón. Controlar tu peso y comer una cantidad adecuada de alimentos vegetales, carnes magras y productos lácteos bajos en grasa puede ayudar.
  • Limita el sodio. Reducir tu ingesta diaria de sodio a menos de 2,300 mg por día puede disminuir la presión arterial y la tensión general en tu corazón. Este también es un elemento clave de la dieta DASH.
  • Enfócate en comer vegetales. Las frutas y verduras enteras y frescas deben ser alimentos básicos en tu dieta. Cuando no haya productos frescos disponibles, considera sustituirlos por versiones congeladas sin azúcar agregada o enlatadas sin sal.

 

Fuente: Healthline