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Las sustancias químicas del humo del tabaco incrementan las probabilidades de sufrir problemas cardíacos y enfermedades cardiovasculares.

Fumar ocasiona aterosclerosis, que es cuando la placa se acumula en la sangre y se adhiere a las paredes de las arterias. Esto las hace más estrechas, lo que reduce el flujo sanguíneo y aumenta el riesgo de coágulos de sangre.

Fumar también daña los vasos sanguíneos, haciéndolos más gruesos y estrechos, dificultando así el flujo de sangre. También aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca.

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El tabaquismo posee vínculos con las siguientes condiciones cardiovasculares:

  1. Enfermedad coronaria, una de las principales causas de muerte en el mundo.
  2. Ataque al corazón, ya que fumar duplica el riesgo de sufrir un infarto.
  3. Obstrucciones que reducen el flujo sanguíneo hacia la piel y las piernas.
  4. Evento cerebrovascular debido a coágulos de sangre o a rotura de vasos sanguíneos en el cerebro.

Incluso los fumadores que fuman 5 cigarros o menos al día pueden desarrollar signos tempranos de enfermedad cardiovascular.

El monóxido de carbono y la nicotina hacen que el corazón trabaje más y más rápido. Esto significa que fumar dificulta el ejercicio, y la falta de actividad física incrementa todavía más el riesgo de sufrir problemas de salud.

 

Fuente: Medical News Today