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A medida que el aire que la gente respira se vuelve más sucio, también aumentan sus probabilidades de sufrir trastornos neurológicos graves como la enfermedad de Parkinson, el Alzheimer y otras demencias, así lo reveló una nueva investigación publicada en la revista The Lancet Planetary Health.

Este estudio a largo plazo evaluó a más de 63 millones de adultos mayores. Cabe destacar que no pudo probar causa y efecto, pero sí muestra una fuerte asociación entre la contaminación del aire y los trastornos cerebrales. Los investigadores dijeron que el vínculo se observó incluso en niveles de contaminación por partículas finas (PM2.5) que la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) considera seguros.

«Nuestro estudio se basa en evidencia pequeña pero emergente, que indica que las exposiciones a PM2.5 a largo plazo están relacionadas con un mayor riesgo de deterioro de la salud neurológica, incluso en concentraciones de PM2.5 muy por debajo de los estándares nacionales actuales», señaló el investigador Xiao Wu, estudiante del doctorado en bioestadística en la Escuela T.H. Chan de Salud Pública de la Universidad de Harvard.

«En los últimos años ha habido una creciente evidencia de que la exposición ambiental a sustancias químicas, incluidos los pesticidas y la contaminación del aire, puede causar o facilitar los cambios biológicos que conducen a la neurodegeneración», comentó el doctor Alessandro Di Rocco, director del Programa de Trastornos del Movimiento de Northwell Health, en Great Neck, Nueva York, quien no participó en el nuevo estudio pero dio su opinión al respecto.

En el trabajo, el equipo de Wu analizó datos sobre ingresos hospitalarios entre 2000 y 2016 de más de 63 millones de pacientes, quienes estaban inscritos en el programa de cobertura de seguridad social Medicare. Los investigadores vincularon tales datos con las concentraciones estimadas de PM2.5 halladas en el código postal donde vivía cada paciente.

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De esta forma, encontraron que por cada aumento de 5 microgramos por metro cúbico en las concentraciones anuales de PM2.5, había un 13% más de riesgo de ingresos hospitalarios por enfermedad de Parkinson, enfermedad de Alzheimer y otras demencias.

Las mujeres, las personas blancas y los habitantes urbanos fueron particularmente susceptibles, dijeron los autores.

El mayor riesgo de enfermedad de Parkinson se observó entre los adultos mayores que vivían en el noreste, mientras que los del medio oeste mostraron el mayor riesgo de padecer Alzheimer y otras demencias.

De acuerdo con la coinvestigadora Antonella Zanobetti, del departamento de salud ambiental de la citada escuela, la conclusión del estudio es que «en todo Estados Unidos, los estándares actuales no protegen lo suficiente a la población estadounidense de la tercera edad, lo que destaca la necesidad de estándares y políticas más estrictas que ayuden a reducir todavía más las concentraciones de PM2.5 y mejorar calidad del aire en general».

Por su parte, Di Rocco subrayó que su investigación es «única en su alcance y tamaño, y demuestra una fuerte correlación a nivel nacional entre el grado de contaminación del aire y el riesgo de trastornos neurológicos del envejecimiento».

El experto cree que el aumento de las enfermedades neurodegenerativas entre las personas no se puede explicar únicamente por la edad. Esto significa que «identificar la contaminación del aire como un factor de riesgo ambiental importante podría conducir a una intervención de salud pública que ayudaría a disminuir a futuro la aparición de estos trastornos neurológicos», finalizó Di Rocco.

 

Vía: Health Day News