Dejar a uno o varios hijos solos en casa no es el escenario ideal para ningún niño. Lamentablemente, en la actualidad diversos motivos -como las responsabilidades laborales o alguna emergencia- hacen que esta práctica sea menos infrecuente de lo que se cree.

Aún así, es importante dejar en claro que, en el caso de los niños pequeños, estos no deben quedarse solos en ningún caso y bajo ninguna circunstancia.

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En Estados Unidos, se calcula que más de un 40% de los niños se quedan solos en casa en algún momento dado, aunque muy raramente pasan la noche solos.

Recomendaciones

Quedarse solo en casa, sin la supervisión de un adulto puede ser aterrador para un niño, además de ser una situación potencialmente peligrosa para su bienestar y salud. Por ello, la principal recomendación es que los padres limiten al máximo el tiempo que los niños están solos en casa. Y, en el caso de los niños pequeños, nunca los dejen solos.

En aquellas situaciones en las que sea realmente imposible que uno de los padres, un familiar o conocido de confianza adulto se quede con los niños en casa, los padres deben de preparar por adelantado a sus hijos, indicándoles qué hacer frente a las situaciones que puedan surgir.

Aunque no se puede generalizar acerca de cuándo se puede dejar a un niño solo en casa, en la mayoría de los casos, los adolescentes tienen suficiente sentido de responsabilidad para quedarse solos por periodos limitados de tiempo.

En todo caso, los padres deben considerar el nivel de madurez del niño y la evidencia pasada sobre su comportamiento responsable y buen juicio. Aún con ello, cuando los padres sienten que un niño está listo para quedarse solo, se debe de comenzar con un periodo de tiempo muy corto, no mayor a una hora, e irlo aumentando gradualmente.

Antes de que los padres consideren que su hijo está ‘listo’ para quedarse solo en casa, deben tomar en cuenta los siguientes aspectos:

-La edad del niño (los niños pequeños nunca deben quedarse solos en casa).

-Coincidir en la definición de las reglas y expectativas.

-Asegurarse de que saben cómo ponerse en contacto con los padres u otros adultos.

-Saber qué hacer ante situaciones potencialmente peligrosas (como emergencias médicas, fuego, visita de personas desconocidas).

-Indicarles cuándo y cómo deben de contestar el teléfono o el timbre de la puerta.

-El uso del teléfono (saben marcar al 911 para emergencias).

-Uso responsable de la computadora.

-Cómo actuar con amigos y visitantes que vienen a la casa durante la ausencia de los padres.

-Responsabilidades hacia los hermanos.

-Bloquear el acceso a canales de televisión por cable y sitios de internet para adultos.

Además, los padres deben de asegurarse de que la casa esté libre de peligros y amenazas, y deben de desarrollar y ensayar un ‘plan de emergencias’ con sus hijos.

 

Vía: Academia Estadounidense de Psiquiatría del Niño y del Adolescente