La ansiedad es un trastorno mental que se asocia comúnmente con los adultos, ya que la mayoría de las personas piensan -equivocadamente- que esta no puede afectar a los niños.

Los niños son completamente capaces de sentir ansiedad, incluso los más pequeños. De hecho, durante los últimos tiempos se ha mostrado un marcado aumento de niños menores de seis años que van al médico con este trastorno, informaron autoridades de salud.

Sentir ansiedad, a cualquier edad, puede presuponer un desequilibrio en la salud integral. Sin embargo, en los niños pequeños también puede afectar de forma importante su sano desarrollo.

Un aspecto a tener en cuenta es que los padres de familia son los principales responsables de que niños de tan temprana edad presenten ansiedad, destacó Miriam Aceves García, psicóloga clínica y de enlace en el hospital psiquiátrico San Juan de Dios.

“El origen de los estados ansiosos radica en las exigencias de los padres hacia ellos, primordialmente en el ámbito escolar”, lamentó.

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“Nos llegan niños de cinco o seis años con ansiedad, y al abordarnos nos dicen: ‘es que soy el burro de la clase’. Esto es para reflexionar, porque generamos expectativas en los hijos y competencias que son nuestras o que hubiéramos querido tener”, expuso.

De acuerdo con la especialista, la vida acelerada que se experimenta actualmente, aunado a las exigencias de los padres, ha provocado que los niños dejen de lado el juego pedagógico, algo indispensable para la maduración y el desarrollo óptimo de su sistema nervioso.

Dejan de jugar porque [como padres] estamos más preocupados en que hable idiomas, lea, escriba lo más pronto posible, y olvidamos la base de todo el aprendizaje y el desarrollo: el juego”, detalló.

Consejos

Para evitar que los pequeños desarrollen ansiedad a tan temprana edad, Aceves García exhortó a los padres de familia a seguir algunas recomendaciones, como:

-Jugar con sus hijos y fomentar el juego en ellos.

-Evitar darles una tablet o dispositivo móvil cuando son pequeños.

-Tener expectativas realistas (no esperar que los hijos sean perfectos).

-Evitar abrumarlos con actividades extra después de clase (inscribirlos solo a los cursos o deportes que ellos quieran).

 

Vía: Notimex