relacionLa convivencia y las relaciones interpersonales saludables son la clave para tener una vida feliz.

Lo importante es que tu relación se maneje con respeto y que los desacuerdos se resuelvan a través del diálogo, de no ser así podrías sufrir de ansiedad y depresión ¿Consideras que tu relación es sana?

Para mantener una buena estabilidad mental, es necesario que tú y tu pareja sigan las siguientes reglas.

  • Se respeten mutuamente.
  • Resuelvan los desacuerdos pacíficamente y con respeto.
  • Consulten lo que van a hacer.
  • No traten de controlar al otro.
  • Les guste hacer cosas juntos, pero ninguno de los dos se sienta obligado a hacer algo.
  • Si tienen un desacuerdo —y es normal tenerlos— ambos digan lo que sienten y hablen hasta que los resuelvan.
  • Ambos disfruten de la compañía mutua y estén contentos juntos.
  • Ambos se sientan en libertad de tener sus propios amigos e intereses fuera de la relación.

Cómo hacer que tu relación sea más sana

  1. Es importante que compartas tus pensamientos y sentimientos. Escucha lo que tu pareja tiene que decir. Debes enterarte de los intereses de la otra persona, pueden hablar de deportes, música, películas o cualquier otra cosa que les ayude a conocerse y compenetrarse mejor.
  2. Ten tu propia vida fuera de la relación. Una persona se siente más atraída hacia otra cuando cada uno tiene sus propios intereses. Conserva las actividades escolares, los amigos y los pasatiempos en los que no participa tu pareja.
  3. Resuelvan los desacuerdos con amor y respeto. Dos personas no siempre tienen que estar de acuerdo sobre sus gustos. Ni siquiera tienen que estar de acuerdo con la cantidad de veces que deben llamarse o verse. Es natural que tengan desacuerdos. Lo importante es cómo resolverlos.

Señales de una relación enfermiza

Los sentimientos de miedo, estrés y tristeza no son parte de una relación sana ¡Presta atención a las siguientes señales!

  • Falta de respeto. Aceptas algo aunque sientes que no está bien. No te sientes bien cuando están juntos.
  • Represión. Tu pareja no te deja tener un buen desempeño en la escuela o trabajo y te hace sentir culpable de hacer las cosas que te gustan o interesan.
  • Control. Tal vez escuchas cosas como “Si me amas, necesito que me avises dónde vas a estar”.
  • Posesión. Uno de los dos, o ambos, llama al otro todo el tiempo. Sientes que tu pareja es posesivo y asfixiante.
  • Tu pareja te culpa de sus problemas. Escuchas a menudo cosas como “Todo es por tu culpa”.
  • Celos. Es normal sentir un poco de celos, pero la relación se dañará si se dejan dominar por eso.
  • Tratar de cambiar al otro. Uno de los dos le dice al otro cosas como “Tienes que hacer las cosas a mi manera”.

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Si puedes hablar con tu pareja y resolver los problemas, una relación enfermiza puede volverse saludable. Pero si no logran disfrutar del tiempo que pasan juntos, tal vez sea el momento de terminar. Recuerda que no hay excusas para el abuso. No debes soportar gritos, mucho menos golpes. Nada de lo que digas o hagas es una razón para que te traten mal.

Si no encuentras una solución pide ayuda.

 

Vía: Healthy Children.org