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La nueva normalidad ha transformado la manera en la que los pequeños deben tomar sus clases, situación que puede generar estrés y ansiedad en los menores. Aunque no lo creas, los niños también tienen preocupaciones y sienten presión en alguna medida. El estrés es una función de las demandas que tenemos y de nuestra capacidad para satisfacerlas.

Si bien las presiones suelen provenir de fuentes externas, como la familia y los amigos, hoy se relaciona con la escuela y la nueva forma de aprendizaje que deben entender y aceptar sin reparos.

Muchos niños están muy ocupados y no tienen tiempo para jugar de manera creativa o relajarse después de las clases. Los niños que se quejan de la cantidad de actividades en las que participan o se niegan a asistir a ellas pueden estar dando a entender que están demasiado atareados.

¿Cómo puedes ayudarles como padre?

  1. Habla con ellos. Pregúntale cómo se sienten respecto de sus actividades. Si se quejan, conversen sobre los pros y los contras de dejar una actividad. Si no es posible que la dejen, analiza maneras de ayudar a organizar el tiempo y las responsabilidades del menor, a fin de que no le generen tanta ansiedad.
  2. Limita el tiempo que pasas hablando sobre cosas de trabajo o situaciones que te generan estrés. Los padres deben tener en cuenta la manera en que hablan sobre estos problemas cuando sus hijos están cerca, porque los niños reconocerán la ansiedad de los padres y comenzarán a preocuparse.
  3. Evita que pasen mucho tiempo frente a la televisión. Los niños que ven imágenes perturbadoras por televisión o que escuchan hablar sobre problemas con la salud, como la pandemia por el Covid-19, pueden preocuparse por su propia seguridad y la de las personas que quieren.

¿Cómo detectar el estrés en los niños?

Si bien no siempre es fácil reconocer el estrés en los niños, los cambios a corto plazo en la conducta, como el mal comportamiento, el cambio en los patrones del sueño o el hecho de mojar la cama, pueden ser indicaciones.

Algunos niños experimentan efectos físicos, que incluyen dolor de estómago y dolor de cabeza. Otros tienen problemas para concentrarse o terminar la tarea escolar. Otros niños se abstraen o pasan mucho tiempo solos.

Recuerda que así como sucede con los adultos, el descanso adecuado y la nutrición correcta, así como una buena crianza, pueden aumentar las habilidades para enfrentar las situaciones. Dedícale tiempo a tus pequeños y mantente disponible para ellos, ya sea que necesiten hablar o simplemente estar en el mismo lugar.

Si necesitas ayuda, consulta a tu médico o a los consejeros y maestros de la escuela.

 

Vía: Health Kids