Un ataque de pánico es el inicio repentino de un intenso miedo o malestar que llega a su punto máximo en cuestión de minutos, así lo señala la Asociación de Ansiedad y Depresión de América (ADAA).

La organización indica que los síntomas de un ataque de pánico son tan intensos que pueden imitar a los de las enfermedades cardíacas, al igual que a los problemas de la tiroides, los trastornos respiratorios y otras afecciones.

Por lo anterior, la ADAA advierte que tener cuatro o más de estos síntomas es indicador de un ataque de pánico:

  • Palpitaciones, agitación cardíaca violenta o ritmo cardíaco acelerado.
  • Transpiración.
  • Temblar o sacudirse abruptamente.
  • Sensación de falta de aliento o sofocación.
  • Sensación de asfixia.
  • Dolor o molestia en el pecho.
  • Náuseas o malestar abdominal.
  • Sentirse mareado, inestable, aturdido o débil.
  • Escalofríos o sensaciones de calor.
  • Sensación de entumecimiento u hormigueo.
  • Miedo a perder el control o “volverse loco”.
  • Miedo a morir.

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Muchas personas tienen solo uno o dos ataques de pánico en toda su vida, y el problema quizás desaparece cuando se resuelve una situación estresante. Sin embargo, si tienes ataques de pánico inesperados y recurrentes, y pasas mucho tiempo con miedo constante de sufrir otro ataque, es probable que tengas una afección llamada “trastorno de pánico”.

A pesar de que los ataques de pánico en sí mismos no ponen en riesgo la vida, pueden provocar mucho miedo y afectar, de manera significativa, tu calidad de vida.

Por ello, si tienes síntomas de un ataque de pánico, busca ayuda médica a la brevedad. Aunque los ataques de pánico son bastante incómodos, no son peligrosos. No obstante, son difíciles de controlar por cuenta propia y pueden empeorar si no se tratan. Tu médico te evaluará para determinar qué está causando los síntomas y descartar alguna enfermedad peligrosa, como una afección cardíaca.

 

VíaHealth Day News Clínica Mayo