Garantizar la salud integral de los hijos es la principal tarea de los padres de familia, y esta labor suele ser más ardua cuando se trata de recién nacidos, pues los pequeños aún no pueden expresar con palabras posibles malestares, como los cólicos.

Todos los bebés lloran y se ponen inquietos algunas veces, pese a los esfuerzos que realicen los padres. Durante los primeros tres meses de vida, un recién nacido llora más que en ningún otro momento, por lo que sus progenitores deben ser pacientes.

Sin embargo, cuando un bebé que no padece ninguna enfermedad diagnosticada ni presenta problemas de salud tiene varios periodos de llanto e inquietud a la semana, puede tratarse de un claro signo de cólicos.

Médicamente se conoce como cólico del lactante a un trastorno que aqueja a los bebés durante sus primeros meses de vida, el cual se caracteriza por un llanto intenso y prolongado que aparece sin causa aparente.

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Los padres no deben preocuparse, pues se trata de un trastorno totalmente común. Se estima que hasta el 40% de todos los recién nacidos tienen cólicos. Estos suelen comenzar entre la tercera y la sexta semana de vida, y terminan cuando el bebé tiene entre tres y cuatro meses de edad.

Pese a ser un problema bastante común, los médicos aún no están del todo seguros de cuál es la causa del cólico del lactante. Existen diversas posibles causas, pero ninguna de ellas parece convencer del todo a los profesionales de la salud.

En cuanto a su tratamiento, no existe medicamento alguno que garantice ser efectivo. Sin embargo, existen formas de hacer que tanto los pequeños como los padres puedan sufrir menos la presencia de los cólicos del lactante. Los expertos recomiendan:

-Mantenerlo en movimiento, ya sea estando en una mecedora, pasear llevándolo en brazos o probando diferentes posturas.

-Intentar hacer eructar al bebé más a menudo.

-Colocarse al bebé en el regazo, boca abajo, y frotarle suavemente la espalda.

-Colocar al bebé en su sillita de seguridad en los asientos posteriores del coche y llevarlo de paseo. La vibración y el movimiento del coche suelen tranquilizar a los bebés.

-Ponerle música. Algunos bebés responden positivamente al sonido.

-Llevar al bebé a una habitación donde esté funcionando una secadora de ropa, una máquina de ruido blanco o una aspiradora. Algunos bebés se sienten reconfortados con un ruido de fondo constante y a bajo volumen.

-A los bebés de dos meses o menos les puede tranquilizar que los envuelvan en una manta y los lleven a una habitación que esté en penumbra.

 

Vía: Kid’s Health