proteger-hijos-conmocion-cerebral-2Existen varias medidas que los padres y los entrenadores deportivos deben llevar a la práctica para proteger a los niños, tanto deportistas como no deportistas, de una conmoción cerebral, señaló la doctora Kathleen Bell, codirectora del Instituto de Lesiones y Reparación Cerebral de Texas, y presidenta de medicina física y rehabilitación del Centro Médico Southwestern de la Universidad de Texas.

La experta dijo que los niños deben usar un casco cuando sea necesario.

«Incluso a edades tempranas, los jugadores de fútbol americano usan cascos», destacó.

«Pero irónicamente, los jugadores de fútbol americano no son los que más conmociones sufren. Actualmente, cada vez más ciclistas y usuarios de monopatines están siendo atendidos en emergencias por conmociones. Aunque usar un casco no garantiza que se prevenga una conmoción, hacerlo puede ayudar a minimizar la lesión», agregó Bell.

Asimismo, es esencial que el casco encaje bien y se encuentre en buenas condiciones.

Por ello, la especialista comentó que «un casco flojo o que no esté en buenas condiciones es casi tan malo como no usar casco, dado que la cabeza puede golpearse contra el propio casco, lo que contribuye a la lesión. Asegúrese de que el casco esté en buenas condiciones».

Es muy importante que los padres se reúnan con los entrenadores de sus hijos y discutan con ellos el tema de las conmociones, así como las políticas y directrices que deben tomarse para prevenirlas.

«Ningún deportista de ninguna edad debe volver a jugar el mismo día tras experimentar una conmoción, sin importar qué tan leve parezca en ese momento», subrayó Bell. «En Texas, es obligatorio que los estudiantes que experimentan una conmoción se queden en el banquillo al menos una semana. ¡Ante la duda, al banquillo!».

Otros elementos vitales incluyen el correcto acondicionamiento, entrenamiento y desarrollo de habilidades en los niños.

«Hay una forma correcta de dar un cabezazo a la pelota en el fútbol, hacer un bloqueo o un derribo en el fútbol americano. Los padres deben sacar tiempo para observar los entrenamientos de los equipos para asegurarse de que los entrenadores estén enseñando esas habilidades esenciales, priorizando la seguridad, no los puntos», refirió Bell.

No permitas que tus hijos jueguen si están cansados o deshidratados, menos si eres entrenador(a), pues ambas condiciones elevan el riesgo de conmoción.

 

Vía: Health Library