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Mientras te mantienes en cuarentena esperando a que la pandemia de COVID-19 disminuya gradualmente, puedes encontrar la motivación para perder peso. Pero, ¿qué dieta es la mejor?

La respuesta corta es que todas las dietas parecen funcionar. La respuesta larga es que probablemente recuperarás el peso dentro de un año.

«No existe una dieta que de alguna manera mágica te ayude a mantener el peso», indicó el doctor Gordon Guyatt, de la Universidad McMaster en Ontario, Canadá, quien dirigió una revisión de más de 100 estudios que analizaron diferentes tipos de dietas saludables y se publicó en la revista BMJ.

Sigue cualquier dieta saludable que te guste y perderás algo de peso; también reducirás tu presión arterial y tus niveles de colesterol. Esto disminuye el riesgo de enfermedades cardíacas, incluidos ataques cardíacos y eventos cerebrovasculares, siempre y cuando mantengas tu peso.

Pero eso es más fácil decirlo que hacerlo, apuntó Guyatt, y conforme aumenten los números en la báscula, los beneficios en términos de riesgo de enfermedad cardíaca desaparecerán.

«Esto requiere mucha fuerza de voluntad», puntualizó. «Estoy seguro de que hay personas que logran mantener el peso, pero en promedio, es muy difícil. Entonces, lo siento, no hay una bala mágica».

Para su investigación, el equipo de Guyatt analizó 121 estudios que incluyeron a casi 22,000 personas, las cuales siguieron dietas populares o una dieta control.

Tales dietas incluyeron 14 dietas bajas en carbohidratos y grasas, como la DASH (enfoques dietéticos para detener la hipertensión) y la dieta mediterránea.

Tanto la dieta DASH como la mediterránea son ricas en frutas, verduras, granos integrales, nueces, legumbres y pescado, y bajas en azúcar, grasas y carnes rojas. A menudo se los promociona como saludables para el corazón, pero Guyatt dijo que no está claro que se haya demostrado que reduzcan el riesgo de enfermedad cardíaca y evento vascular cerebral.

Durante seis meses, las personas que siguieron dietas bajas en carbohidratos y grasas perdieron un promedio de 4 a 5 kg, y su presión arterial también disminuyó, dijeron los investigadores.

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Sin embargo, ninguna de las dietas mejoró los niveles de colesterol «bueno» (HDL-C) ni disminuyó los niveles de proteína C reactiva, que está relacionada con la enfermedad cardíaca, agregaron.

Después de un año, las personas en todas las dietas estudiadas habían recuperado peso y perdido cualquier beneficio para la salud del corazón. Aquellas en la dieta mediterránea, sin embargo, mantuvieron un pequeño beneficio en el colesterol.

Según estos resultados, puedes esperar la misma pérdida de peso inicial con cualquiera de las dietas saludables, así que la que elijas es realmente una cuestión de preferencia personal, mencionaron los investigadores.

Según Samantha Heller, nutrióloga de Langone Health en la Universidad de Nueva York quien no participó en el estudio, «las dietas, según los estándares actuales, no funcionan. Al decir no funcionan, me refiero a que las personas no llevan un estilo de vida sostenible que promueva un peso saludable y satisfaga sus necesidades nutricionales».

Las dietas de moda son temporales, a menudo muy restrictivas y no realistas, advirtió.

«El entorno en el que vivimos no promueve una vida saludable, y para muchos es difícil resistir las tentaciones de la conveniencia y la comida rápida», añadió.

La experta enfatizó que una dieta más basada en plantas y en alimentos caseros o menos procesados (en otras palabras, un enfoque de tipo mediterráneo) puede ayudar a las personas a reducir el riesgo de enfermedades crónicas, controlar su peso y aumentar su energía, y esta cuarentena es un momento ideal para alimentarse de esta forma.

«Necesitamos abrocharnos el cinturón y enfrentar el hecho de que una dieta constante de comida rápida, chatarra y previamente preparada no es saludable», subrayó Heller.

¡Y ten cuidado! Puedes aumentar de peso comiendo cualquier cosa, incluso alimentos saludables, por lo que las porciones y la actividad física son importantes, recordó.

Con la cuarentena, «podemos volvernos complacientes, comenzar a comer un poco más, tener porciones ligeramente más grandes de comida, ser menos activos», advirtió Heller. «Y, con el tiempo, estos pequeños cambios pueden sumarse a un aumento de peso lento».

 

Vía: Health Day News