De acuerdo con un estudio de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, el 17 por ciento de los niños y adolescentes padecen obesidad, y un número casi igual sufre sobrepeso. Y los que se burlan de su peso tienden a ganar aún más en respuesta.

Lo que es aún peor, el exceso de peso pone a los jóvenes en riesgo de tener problemas de salud de por vida. Pero como papá o mamá, no tienes que quedarte parado sin hacer nada. El Grupo de Trabajo de la Sociedad Endocrina cuenta con pautas para ayudar a los niños a perder peso a través de cambios en el estilo de vida; todo un reto, pero es factible.

Primero, consulten a un pediatra durante el proceso. Él o ella pueden determinar la cantidad correcta de calorías para tu hijo o hija y ayudarlos a encontrar las modificaciones de estilo de vida más importantes para hacer en casa. Para tener éxito, estos cambios deben estar centrados en la familia, no solo dirigidos al niño.

Los pasos clave de la dieta son reducir las comidas rápidas poco saludables y con alto contenido calórico; dígase bebidas azucaradas; alimentos con azúcares añadidos y jarabe de maíz alto en fructosa; alimentos con alto contenido de grasa y sodio, alimentos procesados; y, para niños mayores de 2 años, alimentos con alto contenido de grasas saturadas.

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Practica y enséñale a tus niños a practicar el control de las porciones. Empaca una sola porción para bocadillos aceptables, planea comidas regulares y ayúdales a evitar «comer entre comidas» de manera constante durante el día, especialmente después de la escuela y después de la comida. Asegúrate de que sus calorías provengan de la ingesta recomendada de fibra dietética, proteínas, frutas y verduras, no de comida chatarra.

Asimismo, aliéntalos a practicar ejercicio a diario. Los niños deben comenzar con 20 minutos de actividad física de moderada a vigorosa diariamente y trabajar gradualmente hasta lograr una hora al día. Los bloques cortos de ejercicio son excelentes alternativas cuando un niño quiere comer debido al aburrimiento o al estrés. Debes estar alerta a estas señales de alimentación que no tienen nada que ver con el hambre y participe de las ideas.

Ayuda a tus niños a evitar pasatiempos sedentarios como jugar videojuegos y ver televisión. Limita el tiempo de pantalla a una o dos horas al día.

Sé paciente y apunta a resultados graduales. La cirugía de pérdida de peso («bariátrica») y la medicación son opciones solo en situaciones extremas, una vez que el niño ha alcanzado una cierta edad y cumple con otros criterios.

 

Vía: Health Day News