Todos sabemos que la papa posee algunos beneficios nutricionales, pero una investigación reciente publicada en la revista BMJ parece demostrar que no todo es positivo en este popular alimento.
En Estados Unidos por ejemplo, el consumo de vegetales ricos en almidón como la papa, habÃa sido restringido a una taza por semana. Pero actualmente, el gobierno estadounidense los ha vuelto a integrar en sus programas saludables de comida.
La justificación de su inclusión se basa en su alto contenido de potasio, que se asocia con ayudar a quienes tienen presión arterial baja.
A pesar del efecto bien documentado del potasio sobre la presión, no se habÃan estudiado los efectos a largo plazo de una dieta rica en papas sobre la presión arterial.
Por ello, un equipo de cientÃficos del Hospital Brigham and Women’s y de la Escuela de Medicina de Harvard, se dieron a la tarea de investigar – por primera vez – los vÃnculos entre el consumo de papa y la presión arterial.
El equipo analizó las papas en todas sus formas – puré, cocidas (al horno), papas a la francesa y fritas. Los datos se obtuvieron a partir de tres grandes estudios norteamericanos, que duraron más de 20 años y permitieron conocer las dietas de 187,453 hombres y mujeres.
El equipo controló diversos factores, incluyendo el peso, el tabaquismo, el nivel de actividad fÃsica y los hábitos alimenticios actuales. Después, halló que el consumo de cuatro o más porciones de puré, papas al horno, o papas hervidas por semana se vinculaba con un mayor riesgo de presión arterial alta o hipertensión, en comparación con comer menos de una porción a la semana. Dicho efecto no se encontró en los hombres.
En una investigación posterior, el equipo encontró que la sustitución de una porción de papas a la semana por una porción de verduras sin almidón ayudó a reducir de forma significativa la presión arterial.
Además, un aumento en el consumo de papas a la francesa se asoció con mayor hipertensión tanto en hombres como mujeres. Más sorprendentemente aún fue que quienes consumieron mayores cantidades de papas fritas no mostraron un mayor riesgo de hipertensión y, de hecho, los hombres que comieron más de estas papas mostraron un riesgo reducido de hipertensión.
Las papas poseen un Ãndice glucémico más alto que el de otras verduras, lo que puede propiciar un aumento en el azúcar en sangre justo después de una comida. El aumento de azúcar sanguÃnea – conocido como hiperglucemia – previamente habÃa sido asociado con estrés oxidativo (desequilibrio celular debido a un aumento de radicales libres), disfunción endotelial (reproducción fuera de control de las células del endotelio de las arterias) e inflamación, lo que podrÃa ayudar a explicar un mayor riesgo de hipertensión.
Vale la pena señalar que el estudio fue observacional, por lo que la causalidad no puede ser probada en esta etapa. Además, el auto-reporte de la dieta está siempre abierto a errores – nadie recuerda a la perfección sus acciones o conductas. Y, por supuesto, no todo el mundo es totalmente honesto cuando se trata de un cuestionario basado en la dieta.
No obstante, si los resultados son respaldados por estudios futuros, los investigadores creen que «tienen ramificaciones potencialmente importantes para la salud pública», porque «no apoyan un beneficio potencial de la inclusión de las papas como vegetales en los programas alimentarios del gobierno».
Por lo anterior, los autores enfatizan la importancia de llevar una dieta completa, en lugar de comer tipos especÃficos de alimentos. Por ejemplo, el Ãndice glucémico de una papa varÃa entre variedades y también depende de cómo se cocina – no todas las papas fritas son iguales, la cantidad de tiempo y el tipo de aceite con las que se cocinan puede marcar una gran diferencia.
Sumado a ello, la cantidad de proteÃna y fibra consumidas en un solo plato afecta el Ãndice glucémico general de todo tipo de comida.
VÃa: Medical News Today