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Las presiones en el hogar y trabajo provocan que la hora de comida se reduzca a unos cuantos minutos, situación que desfavorece la salud, al aumentar el riesgo de obesidad u otras consecuencias, como diabetes, hipertensión, niveles elevados de triglicéridos, bajos niveles de colesterol HDL —bueno para la salud de las arterias— y exceso de grasa alrededor de la cintura.

Tomarse el tiempo para comer lentamente, puede parecer un lujo; sin embargo, consumir alimentos de forma veloz incrementa hasta cinco veces el riesgo de síndrome metabólico, una de las principales causas de enfermedades cardiovasculares, de acuerdo con un estudio de la Universidad Hiroshima, en Japón.

Comer rápido y actividad cerebral

Al comer velozmente, no damos tiempo a nuestro cerebro para registrar que ya estamos satisfechos, es decir, que ya no existe apetito. En este sentido, «comer más despacio sería un cambio crucial en el estilo de vida para prevenir (las enfermedades que engloba) el síndrome metabólico», a decir del cardiólogo Takayuki Yamaji, de dicha institución.

«Cuando las personas comen muy rápido, tienden a comer en forma exagerada porque no se sienten llenas. Comer rápido causa, además, fluctuaciones en los niveles de glucosa que pueden llevar a la resistencia a la insulina —lo que conduce a la diabetes—», agregó.

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Recomendaciones

1. Come lentamente y sin distracciones.
2. Durante las comidas, evita sentarte frente a la televisión o en el escritorio de trabajo.
3. Procura percibir cada sabor.
4. Ingiere tus alimentos con plena conciencia.
5. Mastica la comida entre 30 y 50 veces por bocado.

 

Vía: BBC Salud