Las lentejas son un alimento rico en propiedades benéficas para la salud. Tal vez no lo sabías, pero representan una buena fuente carbohidratos complejos —brindan energía y son saludables—, cobre, magnesio, potasio, vitamina B6 y zinc, de acuerdo con el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés). También aportan ácido fólico, hierro, manganeso, fósforo y tiamina.

A decir de nutriólogos de Mayo Clinic, es una legumbre con alto contenido en proteínas y fibra, sin olvidar que es baja en grasas, “lo que las convierte en un sustituto saludable de la carne”.  Sorprendentemente, la forma en la que se preparan influye en la cantidad de nutrientes que aportan al cuerpo y, por ende, en los beneficios que recibe el mismo —ligados a la salud del corazón—.

Existen varios tipos de lentejas, las más comunes son:

  • Lentejas marrones. Son las más económicas y mantienen su textura si se cocinan adecuadamente.
  • Lentejas verdes. También llamadas lentejas francesas, tienen un sabor similar a los frutos secos y se mantienen firmes al cocinar.
  • Lentejas rojas. Son las que más rápido se cocinan; pierden su forma y se vuelven doradas. Son más dulces que las lentejas verdes.

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Recomendaciones

  1. Clasifícalas para eliminar residuos, luego enjuágalas para quitar la suciedad.
  2. Cocínalas en una olla con agua, el líquido debe cubrir los granos por un margen de media pulgada.
  3. Déjalas hervir, luego cocínalas a fuego lento sin la tapa de la olla. Si son rojas, necesitan 20 minutos de cocción; las marrones, 30 minutos, y las verdes, 40.
  4. Revísalas con frecuencia y agrega agua, si es necesario.
  5. Agrega ajo, comino, tomillo o cualquier otro condimento para dar más sabor.

Para aprovechar sus nutrientes, procura no cocinarlas en exceso. Aunque ya se venden en paquetes «listos para comer», la opción más saludable es prepararlas en casa.

 

Vía: Hola Doctor