Las clases de natación pueden reducir el riesgo de ahogarse, pero los niños que no pueden acceder a ellas se pierden el aprendizaje de esta importante habilidad que salva vidas, así lo señala un grupo líder de pediatras.

«Todos deberían tener la oportunidad de aprender a nadar», dijo el doctor Kyle Yasuda, presidente de la Academia Americana de Pediatría (AAP).

«Esta es una habilidad esencial para la vida de niños, adolescentes y adultos. Es una parte importante de las ‘capas de protección’ que las familias y las comunidades pueden implementar para proteger a los niños y adolescentes cerca del agua», indicó Yasuda en un comunicado de prensa de la AAP.

No todos tienen el mismo acceso a las clases de natación. Históricamente, la gente de bajos recursos ha enfrentado barreras para aprender a nadar, y los adolescentes de este grupo poblacional tienen el mayor riesgo de ahogamiento de cualquier grupo de edad, señala la academia.

En Estados Unidos, por ejemplo, las tasas de ahogamiento entre los niños de 11 a 12 años son 10 veces más altas para los niños negros de bajos recursos que para los blancos, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de dicho país.

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De acuerdo con la doctora Nia Heard-Garris, presidenta de la Sección AAP sobre Salud, Equidad e Inclusión de las Minorías, «este es un problema que es posible resolver».

«Algunas comunidades han creado soluciones innovadoras para brindar clases de natación gratuitas o de bajo costo, y otras han desarrollado lecciones culturalmente sensibles, y lecciones para niños con discapacidades del desarrollo o necesidades especiales de atención médica. Todos los niños deben tener acceso a estas habilidades que pueden salvar vidas». aseguró Heard-Garris.

En 2017, casi 1,000 niños estadounidenses murieron por ahogamiento, considerado como la principal causa de muerte relacionada con lesiones entre niños de 1 a 4 años.

En general, los niños de bajos recursos tienen las tasas más altas de muertes por ahogamiento, seguidos por los indios americanos/nativos de Alaska, los blancos, los estadounidenses de origen asiático/isleños del Pacífico y los hispanos/latinos.

El doctor Benjamin Hoffman, presidente del Consejo de Prevención de Lesiones, Violencia y Veneno de la AAP, comentó: «Ahogarse es rápido, silencioso y puede suceder incluso cuando no es el momento de nadar. Les sucede a familias reales, familias con padres buenos y atentos que nunca pensaron que les podría pasar. No puedo enfatizar lo suficiente la importancia de tener muchas capas de protección para evitar el ahogamiento «.

Junto con aprender a nadar, esas capas de protección incluyen la supervisión constante y cercana de los niños cuando estén dentro y alrededor del agua, colocando cercas en la piscina, aprendiendo RCP y vistiendo chalecos salvavidas cuando están en aguas abiertas o en embarcaciones, aconsejó la AAP.

 

Vía: Health Day News