Metilación de ADN. Imagen de Christoph Bock, Instituto de Informática Max Planck

Metilación de ADN. Imagen de Christoph Bock, Instituto de Informática Max Planck

No todos los cánceres se deben a alteraciones genéticas, según ha descubierto un equipo de investigación del Instituto Beatson de Investigación del Cáncer del Reino Unido en Glasgow, Escocia. Este equipo parece haber encontrado que algunas formas del padecimiento pueden ser causadas por células viejas que lograron evadir el mecanismo que debería haber detenido su crecimiento. Esto sugiere que algunos cánceres que se desarrollan en etapas avanzadas de nuestra vida pueden ser causados por la forma en que la edad actúa en nuestras células.

Los resultados de este estudio fueron publicados en la revista Nature Cell Biology, y señalan que se pudo observar cómo células humanas en laboratorio, al acerarse el final de su ciclo de vida, comenzaron a perder control sobre la metilación, un proceso químico de identifación del ADN. Según los investigadores, en células de cáncer también se pudieron observar estos patrones del mismo proceso.

En este sentido, explicaron que las células viejas pasan por un proceso de senescencia, en el cual dejan de multiplicarse y entran en un estado más inactivo. Al haber cambios en el etiquetado químico podría resultar en que las células se conviertan en cancerosas si es que pasan por alto este proceso de senescencia y “despiertan”.

El profesor Peter Adams, autor del estudio y científico del instituto de investigación de cáncer, señala que “si bien el envejecimiento es el mayor factor de riesgo para la mayoría de los cánceres, tenemos una comprensión muy pobre en cuanto al porqué. En este estudio hemos demostrado que las células que envejecen difieren mucho en su comportamiento de las células normales«.

La investigación sugiere que estas células podrían evadir el “interruptor diseñado para que sean latentes”. Adams explica que este interruptor es parte de los mecanismos que “causan que una célula deje de crecer cuando algo va mal o que sea demasiado vieja, es una manera segura de detener los tumores en desarrollo”.

La similitud en el comportamiento entre las células que envejecen y las células cancerosas, señala el investigador, sugiere que si estas células viejas logran eludir el interruptor de “off”, potencialmente podrían convertirse en cancerosas.

Esto, señala Adams, podría ofrecer una explicación de por qué nuestro riesgo de cáncer aumenta a medida que envejecemos.

La investigación nos ayuda a empezar a “entender cómo la compleja maquinaria involucrada en nuestras células a veces puede dar lugar a cánceres», dice Kat Arney , gerente de divulgación de la ciencia del centro de Investigación del Cáncer del Reino Unido. Este hallazgo, agregó, ofrece esperanza para el futuro de la investigación sobre el cáncer, “la comprensión de los procesos fundamentales involucrados en el cáncer es vital para el desarrollo de nuevos conocimientos sobre el tratamiento y la prevención de esta enfermedad, acercando un poco más el día en que todos los cánceres sean curados”.

Vía: Medical News Today