Caminar a paso vivo es igual de bueno que correr para reducir la presión arterial, el colesterol y el riesgo de diabetes, tres factores importantes en el desarrollo de la enfermedad cardiaca, halla un estudio reciente.

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Un estudio realizado por el Lawrence Berkeley National Laboratory (EE.UU.), que siguió durante 6 años a 33 mil corredores y 16 mil caminantes, mostró que, a igual gasto calórico por actividad, quienes caminan intensamente disminuyeron lo mismo o más que los runners sus índices de colesterol, hipertensión y diabetes, entre otros.

A diferencia de estudios anteriores, los investigadores evaluaron a los participantes en la investigación por la distancia recorrida caminando y corriendo. “La cuestión es cuánta distancia se camina o corre, no cuánto tiempo”, señaló Paul Williams, científico de planta del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley en Berkeley, California.

El experto menciona que quienes caminan, pueden mantener la misma intensidad por mucho más tiempo que quienes corren, y por eso se ven más beneficios.

¿Caminar o correr?

«Ambas actividades reducen los factores de riesgo, y si se gasta la misma cantidad de energía se obtiene el mismo beneficio», aseguró Williams. La clave fue que mientras más caminaban o corrían las personas cada semana, más mejoraba su salud.

Los hallazgos sugieren que ahora hay cierta elección sobre el ejercicio que se desea hacer. Para algunas personas, correr es más conveniente, mientras que otras prefieren caminar, sobre todo las personas que apenas comienzan a hacer ejercicio.

La gente está siempre en busca de una excusa para no hacer ejercicio. Ahora tienen una opción sencilla para invertir en su salud en el futuro”, dice Williams respecto del estudio, publicado en la revista Arteriosclerosis, Trombosis y Biología Vascular.

La ventaja de correr es que se puede cubrir el doble de distancia en el mismo tiempo que al caminar, apuntó el investigador. Y además mencionó que quienes desean ejercitarse caminando deben hacerlo a paso vivo, «no ir a un paso lento, sino realmente caminar para hacer ejercicio», explicó.

Según Williams, “caminar y correr proporcionan una prueba ideal de los beneficios de la intensidad de la caminata moderada y vigorosa debido a la participación de los mismos grupos musculares y las mismas actividades realizadas en las intensidades diferentes”.

Caminar puede ser una actividad más sostenible para algunas personas, en comparación con la carrera, sin embargo, aquellos que optan por correr son más constantes: los que acaban el ejercicio iniciado son más, dos veces más, que quienes optan por caminar.

Otras investigaciones

Otros estudios ya habían demostrado que caminar intensamente es beneficioso para la salud. Una investigación reveló que una caminata diaria de 20 minutos a paso rápido ayuda a las mujeres a reducir el riesgo de accidentes cerebrovasculares a cualquier edad.

Si la caminata intensa se realiza por 30 minutos, seis veces por semana, se puede prevenir el exceso de grasa y el síndrome metabólico, señala otro estudio de la Universidad de Duke.