Tener una velocidad más lenta al caminar y sufrir deterioro cognitivo podrían ser dos cosas fuertemente relacionadas, así lo reveló un estudio publicado en la revista International Journal of Geriatric Psychiatry.

Para el trabajo, los autores registraron la velocidad de la marcha y la salud cognitiva de 370 personas en una investigación llamada Estudio Longitudinal sobre el Envejecimiento de San Antonio (SALSA). La salud cognitiva se midió con una prueba que evaluó la orientación al tiempo y al lugar, la atención, el recuerdo, el lenguaje y otros aspectos. La velocidad de la marcha se midió con una caminata cronometrada de 3 metros.

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Después de casi 10 años, los investigadores encontraron un vínculo directo entre caminar a velocidades más lentas y tener puntuaciones cognitivas más bajas. De hecho, las personas que tuvieron tanto una mala cognición como una marcha lenta al principio mostraron la disminución más pronunciada. En comparación con dicha población, las personas que tuvieron velocidades de marcha estables a lo largo del tiempo obtuvieron buenos puntajes en las pruebas cognitivas.

De acuerdo con los investigadores, la cognición y la velocidad de la marcha pueden verse alteradas por factores similares, como la aterosclerosis (endurecimiento de las arterias) y depósitos anormales de proteínas beta-amiloide y tau en el cerebro, que están asociados con la enfermedad de Alzheimer.

 

Vía: Harvard Medical School