Según Genaro García Hernández, responsable del área de Orientación Educativa de la escuela Secundaria Técnica 43, un ambiente u hogar violento podría producir el bullying. En el aula, el estudiante busca a compañeros más pequeños y débiles para sentirse superiores.

49BullyingComenHogar

El especialista asegura que los adolescentes que violentan a otros en sus establecimientos educacionales podrían sufrir lo mismo en sus propias casas o comunidades. Ante esta situación, García aconseja controlar el problema en sus primeras manifestaciones, como por ejemplo los sobrenombres o burlas contra algún compañero, antes de que se transforme en un lamentable caso de acoso escolar.

García también enfatiza la diferencia entre violencia y bullying, ya que el segundo término se produce cuando un individuo o un grupo generan una angustia permanente en contra de una sola víctima. “El bullying es un término más complejo que el de violencia. Es uno donde la persona que lo está viviendo no ha sido tomada en cuenta por mucha gente: padres, maestros, amigos, y que la pone en una situación tan estresante que incluso puede desembocar en un suicidio», sostiene.

 Consejos para evitar el bullying

Además de enseñar a los estudiantes a denunciar estos tipos de agresión, los jardines infantiles también deben intervenirse, ya que en esta etapa empiezan a manifestarse diferencias entre los compañeros en aspectos como el color de piel o la estatura.

Es el académico quien debe poner orden y control en este contexto, para evitar que se generen estereotipos que dañen a la sociedad.

No obstante, como mencionamos, la medida más relevante viene desde el hogar. Es fundamental que en casa no utilices la intimidación, burlas ni el abuso de poder para conseguir metas en la familia, sobre todo con tus hijos. Evita la violencia física o verbal.

Por otra parte, para imponer autoridad y que se cumplan las reglas de la casa, es importante que involucres a tu hijo. A través de un acuerdo familiar, orientado por tu visión de los valores más relevantes, pueden llegar a determinar claramente sus expectativas.

Por ejemplo, si todos los integrantes del núcleo familiar deben contribuir a realizar los quehaceres hogareños, puedes enunciar que “en esta familia todos nos ayudamos”. Posteriormente, puedes pedir a tu hijo que ayude a determinar reglas y rutinas fijas para participar en los deberes de la casa.

De esta forma, enseñas a tus hijos que existe un valor que une a todos los integrantes de la familia y la opinión de cada uno es considerada.