Alimentarse diariamente bajo el régimen Slow food —o comida lenta— tiene como objetivo comer con atención, evaluando la calidad de los alimentos. Asimismo, busca promover los productos naturales y el deleite sin prisas, como ocurre con la tendencia Fast food —comida rápida—.
De acuerdo con Mayra de la Torre Martínez, especialista del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), este tipo de comida tiene grandes efectos positivos para la salud del cuerpo, pues los nutrientes, como vitaminas, minerales y antioxidantes, se aprovechan mejor.
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Slow food es un movimiento mundial, en respuesta al excesivo crecimiento de las cadenas de comida rápida. Su meta es reemplazar aquellos alimentos que, en su proceso, adquieren químicos, pesticidas u hormonas.
“La tendencia slow food nos motiva a ser más reflexivos con nuestros hábitos como consumidores, y a prescindir de los conservadores de la comida procesada o de los platillos congelados que se ofrecen listos para calentarse en el microondas”, manifestó la experta.
En este sentido, es recomendable recurrir a productos naturales, por ejemplo, vegetales frescos y limpios de los mercados locales. Otra alternativa es sembrar huertos en casa, con el fin de reducir el consumo de agroquímicos.
Beneficios
- Reduce el riesgo de padecer alergias alimenticias.
- Ayuda a mantener un peso saludable, gracias a los productos naturales.
- Baja los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre.
- Disminuye el peligro de desarrollar enfermedades crónicas.
- Mejora el estado de ánimo y aumenta la autoestima.
Si te interesa este tipo de alimentación, es recomendable programar una rutina, en la que se establezcan las horas de preparación —comida casera— y los productos ideales para tus platillos. En caso de que no se adapte a tu estilo de vida, procura comer saludable y ser reflexivo a la hora de alimentarte. Visita a un especialista para saber si padeces alguna deficiencia nutricional.
Vía: Notimex
