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Crecer rodeados de un entorno amigable con el medio ambiente, rico en áreas verdes, no solamente es una agradable imagen digna de ser apreciada. Este contexto ha sido asociado con beneficios a la salud cognitiva de los niños.

Los niños que se han criado en hogares rodeados de más áreas verdes tienden a presentar mayores volúmenes de materia blanca y gris en ciertas áreas de su cerebro, las cuales están asociadas con efectos beneficiosos en la función cognitiva.

Esa es la principal conclusión a la que llegaron investigadores del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), en España, durante un reciente estudio.

De acuerdo con la investigación, la exposición prolongada de los niños a un ambiente rico en áreas verdes se asoció positivamente con el volumen de materia blanca y gris en algunas partes del cerebro, permitiéndoles desarrollar una mejor memoria de trabajo y una menor falta de atención.

“Este es el primer estudio que evalúa la asociación entre la exposición a largo plazo a los espacios verdes y la estructura del cerebro. Nuestros hallazgos sugieren que la exposición a espacios verdes de manera temprana en la vida podría resultar en cambios estructurales beneficiosos en el cerebro”, destacó el doctor Payam Dadvand, investigador de ISGlobal y autor principal del estudio.

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Los especialistas aseguraron que el contacto con la naturaleza es esencial para un saludable desarrollo del cerebro en los niños. Detallaron que estar en contacto de forma cotidiana con áreas verdes proporcionan a los niños oportunidades de restauración psicológica y estimula en ellos ejercicios importantes, como:

-Descubrimiento.

-Creatividad.

-Asunción de riesgos.

Beneficios que influyen positivamente en diferentes aspectos del desarrollo del cerebro, apuntó el autor de la investigación.

“Este estudio se añade a la evidencia creciente que sugiere que la exposición temprana a los espacios verdes y otros factores medioambientales pueden ejercer efectos medibles y duraderos en nuestra salud a lo largo de la vida”, expuso por su parte Michael Jerrett, coautor y profesor de ciencias de la salud ambiental en la UCLA Fielding School de salud pública, en Estados Unidos.

Si tienes hijos pequeños, plantéate la posibilidad de sacarlos a diario para que jueguen en el jardín, o llevarlos de manera cotidiana a parques o áreas naturales que queden cerca de tu casa.

 

Vía: Instituto de Salud Global Barcelona