Una investigación realizada en hogares de Culiacán, Sinaloa, demostró que entre 50 y 80 por ciento de las enfermedades diarreicas y más del 50 por ciento de las respiratorias se adquieren en casa, ya que los baños y cocinas albergan un gran número de bacterias y virus.
De acuerdo con el estudio, las esponjas, los trapos de cocina y las tablas para cortar son utensilios que poseen una gran cantidad de bacterias patógenas, seguidos de la tarja, las llaves y las perillas de las puertas.
Además, se halló que las esponjas para lavar contienen más de siete millones de bacterias, entre ellas Escherichia coli, Salmonella typhi y Staphylococcus aureus. También se encontraron en los hogares virus como hepatitis A y norovirus, comentó Cristóbal Chaidez Quiroz, científico del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) que trabajó en el estudio.
El investigador apuntó que la presencia de humedad fomenta la supervivencia y proliferación de microorganismos, propiciando el crecimiento de patógenos como los ya mencionados, capaces de crecer y sobrevivir en las superficies.
El estudio tuvo lugar en 60 viviendas, y consistió en una metodología de limpieza para la cual los hogares fueron divididos en dos grupos: uno control en el que se usó un desinfectante no recetado y otro en el que se aplicó un protocolo de desinfección mediante un producto específico. En ambos escenarios, se colectaron seis muestras una vez por semana, antes y después de la aplicación de la limpieza.
Los resultados arrojaron que la concentración y aparición de bacterias fue menor en las casas con el uso prescrito de los desinfectantes; a la par que las mayores reducciones fueron para E. coli (99 por ciento) y S. aureus (99.9 por ciento).
Asimismo, se encontró que las bacterias estudiadas disminuyeron en el grupo de usuarios del protocolo desinfectante; en contraste con el grupo control, donde se incrementaron o se mantuvieron sin cambios.
Chaidez Quiroz recomienda que para prevenir las infecciones en el hogar es fundamental detener la contaminación cruzada con prácticas sencillas, que implican, por ejemplo, usar una tabla para cortar frutas y otra distinta para la carne, ya que al no hacerlo y mezclar utensilios la contaminación se traslada de un lado a otro.
El experto agregó que el número de bacterias aumenta de forma significativa en tan solo cuatro horas, lo cual incrementa las infecciones diarreicas y respiratorias.
Vía: Notimex, Agencia Informativa CONACYT
