Existen muchos mitos acerca de los baños frecuentes con agua fría. Por ejemplo, se dice que es una práctica que mejora la circulación, alivia el estrés y aumenta la lucidez mental. También hay quienes aseguran que puede ayudar a tratar la depresión y la ansiedad, reparar los músculos tras el ejercicio y darle un impulso al sistema inmunológico.

¿Qué tan ciertas son estas teorías? Según expertos de la BBC, es un hecho que el agua fría desencadena un shock para el organismo, es decir, el cuerpo reacciona con una respuesta masiva al estrés, que hace que suba el ritmo cardíaco, aumente la circulación sanguínea y se libere adrenalina.

Depresión y ansiedad

No existe un experimento clínico que asegure que bañarse con agua fría funciona como parte del tratamiento para la depresión y la ansiedad, aunque algunos especialistas creen que puede ayudar.

Se piensa que la exposición al agua fría hace que el organismo se vuelva más eficaz a la hora de lidiar con la respuesta al estrés y con todos los cambios químicos y hormonales que las personas con depresión enfrentan.

Sistema inmunológico

No hay evidencias definitivas sobre este beneficio. Sin embargo, un estudio holandés —sobre el efecto de las duchas frías— halló que un baño de este tipo puede reducir, hasta en un 29%, la autoevaluación de una enfermedad tras 90 días de haber adoptado ese hábito.

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Luego de hacer ejercicio

Muchos atletas son partidarios de los baños con agua fría después del ejercicio. Según su percepción, ayudan a reducir el dolor y aceleran la recuperación de las pequeñas fisuras en los músculos. En tanto, algunos estudios dicen que mejora la recuperación, pero otros sugieren que puede reducir la capacidad de adaptación muscular.

Pese a ello, las evidencias científicas sobre si esto funciona o no son ambivalentes.

Conclusiones

Si eres de las personas que disfrutan darse un baño helado, no hay razón para que dejes de hacerlo. Si bien no existen evidencias definitivas, una ducha con agua fría no tiene efectos negativos significativos para la salud.

A menos que tengas una edad muy avanzada o problemas en el corazón, en cuyo caso el agua fría podría hacer que te desmayes o sufras un ataque cardíaco, puedes continuar con este hábito. Si tienes dudas al respecto, consulta a un especialista.

 

Vía: BBC Salud