La Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA) es la responsable de publicar el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Quinta Edición (DSM-5, por sus siglas en inglés), el cual es utilizado por los médicos para diagnosticar una variedad de trastornos psiquiátricos.

Esta edición más reciente del DSM se publicó en 2013. Actualmente, el DSM-5 reconoce cinco subtipos o especificadores de diferentes trastornos del espectro autista (TEA), y son los siguientes:

  1. Con o sin deterioro intelectual acompañante
  2. Con o sin deterioro del lenguaje acompañante
  3. Asociado con una condición médica o genética conocida, o con un factor ambiental
  4. Asociado con otro trastorno del neurodesarrollo, mental o del comportamiento
  5. Con catatonia (síndrome conductual caracterizado por una incapacidad para moverse normalmente)

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Cabe aclarar que una persona puede recibir un diagnóstico de uno o más especificadores.

Antes del DSM-5, las personas con autismo podrían haber sido diagnosticadas de las siguientes formas:

  • Trastorno autista
  • Síndrome de Asperger
  • Trastorno generalizado del desarrollo no especificado (PDD-NOS, por sus siglas en inglés)
  • Trastorno desintegrativo infantil

Es importante tener en cuenta que una persona que recibió uno de estos diagnósticos previos no ha perdido su diagnóstico y no necesitará ser reevaluada.

Según el DSM-5, el diagnóstico más amplio de TEA abarca condiciones como el síndrome de Asperger. Si deseas saber más sobre este síndrome y las otras clasificaciones más antiguas para el autismo, consulta a un profesional del área.

 

Fuente: Healthline