Alzheimer y demencia, Salud Mental
Cuidar a una persona con Alzheimer es una labor demandante que puede afectar la salud física y emocional del cuidador. El estrés prolongado puede generar agotamiento, ansiedad o depresión, por lo que aprender a manejarlo es esencial tanto para el bienestar del cuidador como para la calidad del cuidado brindado.
Reconocer los signos de sobrecarga
El primer paso es identificar señales de alerta como cansancio extremo, irritabilidad, falta de sueño o aislamiento social. Aceptar que el cuidado puede resultar abrumador permite buscar apoyo antes de que el estrés impacte de manera severa.
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Estrategias para reducir el estrés
Existen medidas prácticas que ayudan a mantener el equilibrio:
- Buscar apoyo: contar con familiares, amigos o grupos de apoyo especializados en Alzheimer brinda alivio y comprensión.
- Organizar rutinas: establecer horarios predecibles facilita el cuidado y reduce la sensación de caos.
- Cuidar la propia salud: mantener una alimentación adecuada, dormir lo suficiente y realizar actividad física ayuda a conservar la energía.
- Tomar descansos: dedicar tiempo a actividades personales o de recreación es fundamental para recuperar fuerzas.
Ser cuidador es una tarea valiosa pero desafiante. Aprender a manejar el estrés no solo protege la salud del cuidador, también permite brindar un acompañamiento más paciente y compasivo a la persona con Alzheimer.
Fuente: Alzheimer’s Association