Una de las principales recomendaciones cuando se trata de guardar la insulina, es almacenarla en el refrigerador. Si bien es necesario mantenerla a 36-46 ºF (de 2 a 8 ºC) —30-86 ºF (de 2 a 30 ºC) cuando se lleva en un inyector o frasco—, enfriarla sin prestar atención a la temperatura podría reducir su efectividad, según un estudio reciente.

La investigación incluyó a 388 pacientes con diabetes de Estados Unidos y Europa. Estos colocaron sensores de temperatura al lado de su insulina, ya sea que estuviera en el refrigerador o en su bolsa de suministros para la diabetes. Los sensores midieron las temperaturas cada tres minutos y se recolectaron datos durante un promedio de 49 días.

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Los resultados indicaron que en 315 casos (79 por ciento) hubieron desviaciones respecto a los rangos de temperatura recomendados. En promedio, la insulina guardada en el refrigerador estaba fuera del rango recomendado de temperatura un 11% de las veces.

La congelación representó el mayor problema, debido a que 66 sensores (17 por ciento) registraron temperaturas por debajo de los 32 ºF (0 ºC).

“Muchas personas con diabetes guardan mal su insulina sin darse cuenta, debido a las temperaturas fluctuantes en sus neveras domésticas. Cuando guarde la insulina en la nevera en casa, use siempre un termómetro para revisar la temperatura. Se sabe que las condiciones de almacenamiento a largo plazo de la insulina tienen un impacto en su efecto de reducción de la glucosa en la sangre”, advirtió la autora del estudio, Katarina Braune, especialista en Charite – Universitaetsmedizin en Berlín, Alemania.

Si tienes dudas al respecto, consulta a tu médico. Recuerda que no es necesario el congelamiento, evita las temperaturas por debajo de los cero grados centígrados.

 

Vía: Health Library