Cuando sientas la necesidad de un refrigerio, es posible que no pienses que una rebanada de pavo pueda tener el mismo efecto que comerte un puñado de papas fritas. Pero los científicos saben desde hace algún tiempo que la proteína es el nutriente más eficiente no solo para satisfacer rápidamente el hambre, sino también para hacerte sentir lleno(a) por más tiempo que otros alimentos.

Parte de la explicación es el tiempo más largo que lleva digerir las proteínas y su capacidad para mantener estable el nivel de azúcar en la sangre. Esto, a su vez, evita el tipo de antojos que parecen surgir poco después de que terminas de comer, como por ejemplo, una gelatina.

Investigaciones recientes realizadas en la Universidad de Warwick (Reino Unido) hallaron que, sumada a la anterior, existe otra interesante explicación. Además de tu sistema digestivo, el cerebro también juega un papel clave en el por qué la proteína es tan satisfactoria. Los receptores en el área de tu cerebro que controlan el peso responden rápidamente a los aminoácidos en ciertos alimentos ricos en proteínas y envían el mensaje de que tu hambre ha quedado satisfecha.

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Todo es parte de una reacción en cadena que comienza cuando ciertas papilas gustativas se activan por el sabor salado de las proteínas, a menudo denominado umami, el llamado quinto sabor después de salado, agrio, dulce y amargo. Dos aminoácidos en particular provocan la respuesta rápida: la arginina, que no es uno de los nueve aminoácidos esenciales, y la lisina, que sí lo es porque tu cuerpo no puede fabricarlo por sí solo.

Hace mucho tiempo que se sabe que el mensaje de que estás lleno tarda 20 minutos en llegar desde el momento en que comienzas a comer, pero casi desde el instante en que das tu primera mordida de proteína, las células cerebrales en cuestión, llamadas tanicitos, comienzan a reaccionar.

Y el pavo no es tu única opción. Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, los alimentos con las mayores cantidades de arginina y lisina incluyen muchos cortes de carne de res, pollo, pescado, lomo de cerdo, edamame, frijoles y lentejas.

 

Vía: Health Day News