Además de ser un ingrediente versátil, las semillas de linaza son ricas en fibra y otros nutrientes importantes.

A decir de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, las semillas de linaza en su versión molida son fáciles de digerir y pueden proporcionar más nutrientes que las semillas enteras, mismas que pueden pasar por el sistema digestivo sin digerir.

Las semillas de linaza contienen vitaminas, minerales, proteínas, grasas vegetales saludables y antioxidantes que ayudan a prevenir el daño celular. 

Además, son una buena fuente de fibra soluble e insoluble que ayudan a mantener las deposiciones regulares y a prevenir el estreñimiento. Aquí te compartimos algunas razones por las que debes incluirlas en tu dieta.

  1. Aportan vitaminas B1, B2 y B6.
  2. Son ricas en cobre.
  3. Complementan el fósforo que tu cuerpo necesita.
  4. Brindan cantidades adecuadas de magnesio.
  5. Son una fuente natural de manganeso.

Recuerda que estas vitaminas y minerales brindan energía, al tiempo que mejoran el sistema inmunitario, el sistema nervioso, los huesos, la sangre, el ritmo cardíaco y muchos otros procesos corporales.

Junto a los mariscos, el aceite de linaza es una de las mejores fuentes de ácidos grasos omega-3. De hecho, la mitad de las calorías de la linaza provienen de la grasa saludable, que ayuda a reforzar el «colesterol bueno».

Por si esto fuera poco, se ha demostrado que el consumo de semillas de linaza reduce los niveles de colesterol.

Recomendaciones

Las semillas de linaza se pueden agregar o espolvorear sobre casi cualquier alimento. Algunos cereales incluyen semillas de linaza ya mezcladas.

Toma en cuenta que moler las semillas enteras puede ayudarte a obtener más nutrientes.

¿Estás listo para incorporar esta semilla a tu dieta? Si tomas fármacos, te recomendamos consultar primero a tu médico. Considera que podría afectar la forma en la que ciertos medicamentos funcionan.

 

Fuente: Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos