La levadura nutricional es una cepa desactivada de la levadura Saccharomyces cerevisiae, la cual se obtiene mediante procesos fermentativos, específicamente de las melazas procedentes de la remolacha (o betabel) o de la caña de azúcar. Dicha levadura se somete a un secado y se vende comercialmente en dos presentaciones: polvo amarillo o copos.

Esta tiene un sabor a queso, lo que la convierte en un ingrediente popular en platos como el puré de papas y el tofu revuelto.

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La levadura nutricional también se puede espolvorear encima de los platos de pasta o incluso disfrutarse como un aderezo salado en las palomitas de maíz.

De acuerdo con los expertos, tan solo ingerir media onza (16 gramos) de esta fuente completa de proteína vegetal aporta un total de 8 gramos de proteína y 3 gramos de fibra.

Cabe destacar que la levadura nutricional fortificada también es una excelente fuente de zinc, magnesio, cobre, manganeso y todas las vitaminas B, incluyendo la vitamina B12.

Pese a los beneficios antes mencionados, debes tomar en cuenta que no todos los tipos de levadura nutricional se encuentran fortificados, así que asegúrate de revisar la etiqueta con mucho cuidado.

 

Fuente: Healthline