Las legumbres son las semillas comestibles de las plantas leguminosas. Algunos ejemplos son: los frijoles, los chícharos y las lentejas. Además de tener un gran sabor, las legumbres son una fuente importante de proteínas. Por ello, representan un alimento clave en las dietas saludables, al aportar muchos beneficios.
A decir de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, las legumbres son ricas en proteína vegetal, fibra, vitaminas del grupo B, hierro, ácido fólico, calcio, potasio, fósforo y zinc. La mayoría de ellas, aportan pocas grasas.
Aunque no lo creas, las legumbres son similares a la carne en cuanto a nutrientes, pero con menores niveles de hierro y sin grasas animales. Las altas proteínas y otros nutrientes en las legumbres las convierten en una excelente opción en lugar de la carne y los productos lácteos. De hecho, las personas vegetarianas sustituyen la carne por este alimento.
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¿Por qué son una buena opción para perder peso?
Las legumbres son bajas en calorías, pero su fibra y proteína brindan saciedad. El cuerpo utiliza los carbohidratos en las legumbres de forma lenta, proporcionando energía constante para el cuerpo, el cerebro y el sistema nervioso.
De acuerdo con especialistas, consumir más legumbres como parte de una dieta saludable puede ayudar a bajar el azúcar en la sangre y la presión arterial.
Por si esto fuera poco, las legumbres contienen antioxidantes que ayudan a prevenir el daño celular y a combatir enfermedades. La fibra y otros nutrientes benefician el aparato digestivo y pueden incluso ayudar a prevenir los cánceres digestivos.
¿Cómo consumir las legumbres?
Las legumbres pueden agregarse a cualquier comida: para el desayuno, el almuerzo o la cena. Una vez cocidas, se pueden comer calientes o frías.
La mayoría de los granos secos deben enjuagarse y remojarse antes de cocinarlos. ¡Sigue estos pasos!
- Enjuaga los frijoles en agua fría y quita cualquier tallo.
- Cubre los frijoles con 3 veces su cantidad en agua.
- Remoja durante 6 horas.
En cuanto a los frijoles, dejarlos remojando durante la noche o después de hervir disminuye la probabilidad de que produzcan gases. Ante cualquier duda sobre tu dieta, consulta a un especialista.
Fuente: Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos
