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Cuando se trata de reducir tu huella de carbono, comer productos locales es una recomendación común.

Aunque consumir dichos productos parece tener sentido intuitivamente, no parece tener tanto impacto en la sostenibilidad de la mayoría de los alimentos como cabría esperar, aunque puede ofrecer otros beneficios.

Datos recientes muestran que lo que comes es mucho más importante que de dónde viene, ya que el transporte solo representa una pequeña cantidad de las emisiones totales de gases de efecto invernadero de un alimento.

Esto significa que elegir un alimento que produce menos emisiones, como las aves de corral, en lugar de un alimento con emisiones mucho más altas, como la carne de res, posee un impacto mayor, independientemente del lugar al que hayan viajado los alimentos.

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Dicho esto, una categoría en la que comer productos locales puede reducir tu huella de carbono es adquirir alimentos altamente perecederos, que deben transportarse rápidamente debido a su corta vida útil.

Usualmente, tales alimentos se transportan por vía aérea, lo que incrementa significativamente sus emisiones generales hasta 50 veces más que el transporte por mar.

Estos incluyen principalmente frutas y verduras frescas, como espárragos, ejotes, bayas y piñas.

Es importante tomar en cuenta que solo una cantidad muy pequeña del suministro de alimentos viaja por aire; la mayoría se transporta a través de grandes barcos o camiones por tierra.

Con base en lo anterior, comer de manera local puede tener otros beneficios, como apoyar a los productores locales que utilizan prácticas agrícolas más sostenibles, comer alimentos de temporada (según las estaciones del año), así como saber exactamente de dónde provienen los alimentos y cómo se produjeron.

 

Fuente: Healthline